29 mayo 2006

A la fuga (2)

-Vale, es cierto. Esta noche ha dormido una amiga en casa -reconoció Alberto con fastidio.
-¿Y no se ha quedado a comer? ¿Es que no nos la vas a presentar? -contraatacó ilusionada su madre.
-No. No se ha quedado a comer porque la conocí ayer. Ya veremos qué ocurre más adelante...

Atravesó la estancia, desde la calle, el amortiguado aleteo de una paloma. La calidad del silencio que produjeron aquellas últimas palabras rivalizó con la generada por los más aislados conventos de clausura.

-Darío, ¿has terminado de comer? -entonó con falsedad cantarina la abuela- Anda, vete a jugar con tu hermana a la terraza.
-¡Pero si aún quedan los postres! -protestó Darío con un fingido puchero.
-Si te vas a jugar, la yaya te dará chuches de postre, ¿vale?

Darío se llevó a su hermana afuera. En el preciso instante en que los niños atravesaban el quicio de la puerta, la madre de Alberto lo ensartó con una mirada cegada por el dolor y la furia. Los demás aguardaban expectantes ante el presagio de una encarnizada pelea.

-¿Conoces a una chica y te la llevas a la cama sobre la marcha? ¿Eso es lo que te hemos enseñado? ¡Eres un caradura! ¡No tienes vergüenza! -explotó iracunda.
-Venga, que no es para tanto, mamá. Para un polvo que echo en dos años... -rezongó Alberto con una distendida sonrisa.
-¿Un polvo? Un polvo ha dicho, Carlos. ¿Lo has oído? Ahora tu hijo se echa polvos. Ya ni siquiera hace el amor. Folla, el niño ahora folla. ¿Es que follar es lo único que importa? -siseó sangrante mientras se levantaba de la mesa en un contenido ademán de partirle la cara.
-Vamos a ver. Seamos serios. He conocido a bastantes mujeres en dos años. Y no he acabado en la cama con ninguna de ellas. Ayer eché un polvo. ¿Y qué? ¿Qué hay de malo? Quizá la conozca con el tiempo y me guste. Vete a saber. ¡Pero tampoco hay que ser tan extremistas, coño! -se defendió Alberto levantándose también de la silla.

¡Paf!

La bofetada le llegó a traición, desde fuera del ángulo de visión, a través de la palma abierta de su padre. Su madre se retiró llorando histérica al salón. Barbotaba sin sentidos por lo bajo mientras negaba repetidamente con la cabeza. Su hermana la siguió dejando como recuerdo una mirada de acusación compungida.

-¿Tú estás loco o qué te pasa? -ladró Carlos cogiéndolo por el pecho- ¿Cómo se te ocurre hablarle así a tu madre? -espetó con los ojos exageradamente abiertos.
-Papá, no sé por qué tenemos que montar este teatrillo cada vez que salen estos temas. Fue lo que pasó. Y no me arrepiento. Y volvería a hacerlo si tuviese la oportunidad. ¿Qué hay de malo en ello? -replicó con firmeza Alberto.
-¿Qué hay de malo? ¿Qué hay de malo? -bramó Carlos- Vas por ahí follándote a la primera que se te pone a tiro y aún dices "qué hay de malo" -farfulló a modo de burla-. ¿Y tú te consideras católico? Lo que eres es subnormal. ¡Que siempre tengas que darle estos disgustos a tu madre!
-Papá, en serio. Llevo dos años sin tener ningún tipo de relación sexual. Resulta que ayer bebimos un poco más de la cuenta, conectamos, una cosa llevó a la otra y terminamos acostándonos. Pero tampoco creo que sea para poner el grito en el cielo. Os pasáis dos pueblos con esto -razonó Alberto con cautela.
-Al menos espero que tuvieses la suficiente cabeza como para ponerte condón -rabió Carlos dándole la espalda.
-Vamos, papá, que ya no tengo dieciocho años, joder -respondió Alberto camuflando una duda bajo el estridente tono.

Lo cierto es que Alberto no recordaba que hubiesen utilizado preservativo. En casa no tenía. Después de tanto tiempo sin usarlos, no era un artículo por el que se preocupase. Tendría que preguntarle más tarde a Sandra. Tal vez ella recordase más del asunto que él.

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15 comentarios:

ORACLE dijo...

hay cosas que mejor dejarlas para el recuerdo personal y solo explicar la mala realización televisiva de television española tuvo con la reciente entronación a santo de escribá de balaguer.

elmasmalo dijo...

¿Es todo hipotético o has triunfado este finde? Cuenta, cuenta, o por aquí o por mail, perrete.

isterica dijo...

Me he leído la parte I y la parte II y me ha encantado!!!! jajajaja!!! Me ha traído a la mente unos recuerdos...de una amiga lejana que conozco (pero, no mucho) que le ha pasado algo parecido.

Esther dijo...

Joder, pobre Alberto... dile que no se preocupe, hay cosas que los padres no pueden comprender. Que folle todo lo que pueda, es de las mejores cosas que tenemos, pero que se calle, mejor que se calle.

Shh... dijo...

Ei Pow, me han encatantado estos relatos de fugas!!! jijiji
La verdad es que muchos papis son aficionados a meter las narices donde no les toca, y lo peor, a juzgar al personal! :S
Yo le diría a Alberto que pase de sus padres, pero que se compre una caja de condones que con ciertas cosas no se juega :P

Marta dijo...

A veces los padres son demasiado... padres.

Para, creo que voy a vomitar dijo...

Ay dios mio, las eternas dispuras intergeneracionales!! Pinta bien este relato. Continúalo!

Para, creo que voy a vomitar dijo...

Ah, y me gustan los cambios que has hecho por aquí. Mejor en negro,sí.

susej dijo...

Menudo giro en el tono ¿la edad?

Pow dijo...

Es tan solo una realidad paralela. Tal vez sea que me aburro de mi vida y me tengo que inventar una más divertida...

Raist dijo...

Pues fíjate tú que en esta ocasión (para llevar la contraria al personal que tomó la vía fácil) para mí toda la culpa sería del protagonista.

Él conoce la situación y la tiene controlada. Sabe de antemano la reacción de sus padres y la provoca.

Yo le daba dos bofetadas, no una.

Isthar dijo...

¿Eso es lo que crees que podría pasar si ocurriera?

No sabía que tu otra identidad se llamaba Alberto ;)

Anónimo dijo...

Divertida? Te parece divertido que tu padre te abofetee? Qué chico tan raro... XD

Buttercup dijo...

No me imagino a tu madre diciendo "follar" tres veces en la misma frase :-))

La verdad es que te estás desahogando a gusto en esta realidad paralela, ya que estás, por qué no nos cuentas qué pasó para que Sandra no sólo te interesara sino que te la llevaras a tu casa... esa historia sería bastante interesante.

Nadia dijo...

¿Está Alberto seguro de que se la tiró? Porque si no se acuerda del condón...

A ver si encima le han abofeteado sin motivo :o)