29 mayo 2006

Enfermo es poco

Los fumadores salimos a hurtadillas a la escalera de servicio pertrechados de un vasito de plástico con algo de agua. Allí he conocido a más personas de la empresa que en cualquier otro lugar.

Esta mañana he coincidido con una chica a la que todavía no conocía. En realidad, aún no sé como se llama. Después de explicarle mi sitio en la empresa ella me ha descrito amablemente sus funciones.

Mientras ella hablaba me he fijado en sus hombros descubiertos y he bajado la vista hasta la línea definida por la falta de pigmentación en la mitad de su brazo. He supuesto que su peculiar moreno a retales era el resultado de la práctica de algún deporte al aire libre. Y he comenzado a fantasear imaginando que era una experta jugadora de paddle. Aunque tal vez esta idea haya sido evocada por la imagen de la pala que guardo sin estrenar en el armario.

Cuando ya me había decidido a sonsacarle sus hábitos deportivos he posado mi escrutadora mirada en su dedo. En los últimos tiempos es algo que realizo con una mecánica irrenunciable. Ha sido el aro el que me ha devuelto a una realidad que cada vez huye más de mi interés.

Empiezo a encontrar enfermiza mi compulsiva manía de observar siempre a las mujeres a través del punto de mira. Quizá debería solicitar diagnóstico y ejecución. Tal vez lo haga.


4 comentarios:

Isthar dijo...

Mientras no te acabes enamorando de la madre de algún amigo, es posible que todavía tengas algún tipo de cura ;)

susej dijo...

Jobar, si tenía dudas sobre la existencia del flechazo, tu eres la prueba que existen, vas a docena por día ;)


¿has pensado que igual el anillo era el que conservaba de la comunión y es totalmente soltera? ¿o divorciada pero que por costumbre sigue llevando un anillo en ese dedo? he conocido ambos casos.

Juan Enrique Vicuña dijo...

Pues los fumadores son una especie cada día más discriminada y a mi juicio con razón. Saludos.

Buttercup dijo...

El fumadero no es el mejor lugar para buscar deportistas.