19 octubre 2009

Santiago no está en Santiago

Se mezclan en mi percepción las imágenes de tantos a los que conocí caminando que apenas alcanzo a enumerar sus peculiaridades. Todos transitaron las mismas sendas pero cada uno recorrió diferentes caminos. Yo mismo reiteré mis pasos por los mismos lugares para llegar cada vez a un destino inesperado.

Se me ocurre que las conclusiones que pueden extraerse de este aparente caos solo pueden estar ligadas al concepto platónico de la ignorancia o a la volatilidad esencial de Heráclito. Quizá la ilusión de haber prosperado como especie radique en la irracional repetición de nuestros actos. Tal vez todavía no seamos conscientes de que no somos cada vez más cultos, sino que con el tiempo hemos aprendido a expresar lo mismo con floridos circunloquios.