19 septiembre 2005

En el camino II

-¡Vaya golpe que te has dado! -me dijo alguien situado a mi espalda.

Sentía en mi boca una sensación grumosa y seca. Mis dientes parecían frágiles y quebradizos. Los ojos habían perdido toda su acuosidad. El tacto del suelo en mis dedos no transmitía calidez a mi cerebro. Cuando me giré para sentarme en el suelo la cadera se desplazó rígida y no percibí la presión del suelo contra mi trasero. Ladeé la cabeza observando un mundo iluminado de manera uniforme. Estaba en la plaza de un pueblo raramente anticuado, en el cruce de una cuesta de subida y otra de bajada. Los edificios se contorneaban irregulares en fachadas de tersura perfecta e irreal. Levanté la cabeza para conocer al emisor de aquellas palabras.

Fox era un hombre mayor, con un elegante bigote gris y unos ojos astutos que descansaban sobre tímidas bolsas ojerosas. Llevaba un sombrero oscuro con una pluma verde en el lado. La chaqueta antigua de tweed desabotonada mostraba un jersey de pico y una camisa sin corbata. Me estaba mirando mientras esperaba una respuesta. Un poco inclinado hacia adelante, como si esperase recibir mi invitación para echarme una mano. Su piel era lisa, de un extraño marrón acuarela, pero las arrugas eran surcos oscuros.

-¿Dónde estoy? -articulé con dificultad, concentrándome en que mis cuerdas vocales vibrasen en un espacio sin aire.
-Veo que el golpe te ha afectado la chola -replicó Fox mientras me tendía la mano sonriendo.

Me puse de pie en un gesto forzado, notando mi cuerpo articularse mecánico. Traté de fruncir el ceño pero mi frente sólo se acartonó unos milímetros. La transformación sensorial de la realidad confundía mi entendimiento. Fox permanecía a mi lado tranquilo, esperando a que acabase de entrar a formar parte de aquel mundo ajeno.

-¿Quieres tomar una manzanilla bien calentita? Eso a lo mejor te templa un poco... -me ofreció Fox arqueando las cejas.

Aquel fue el instante en que se convirtió en mi padrino. En consorte para un universo que me llevaría meses comprender.

15 comentarios:

Luis Caboblanco dijo...

Me encató el artículo. Me pasaré de vez en cuando por aquí.

Encantado de "conocerte"

Puri dijo...

Es curioso como muchas veces tenemos que darnos un fuerte golpe para solo tener más opción que levantarnos.

Ligeia dijo...

^-^

susej dijo...

A veces para entrar en mundos nuevos hay que pegarse un buen tropezón con coscorrón incluido.

Isthar dijo...

Yo tuve que perseguir un conejo, tu darte un golpe en la cabeza... todo sea por viajar al otro lado y disfrutar otros universos ;)

HELEN -Mamá In Design- dijo...

Sí, a veces la vida nos hace que demos pequeños tropezones para así decubrir algunas cosas que conocíamos desde hace tiempo pero de la que no nos habíamos percatado.

Pow dijo...

En ocasiones me otorgáis más profundidad de la que poseo. En el Camino es sólo una historia que estoy siguiendo en mi cabeza...
Ya veremos a dónde llega, pero no se me habían ocurrido (ni de lejos) todas esas cosas que le atribuís :-P

Buttercup dijo...

Menos mal, pensé que no era capaz de ver su profundidad, me parecía simplemente una novela por entregas... que promete, eso sí.

Wanda◦○ dijo...

Yo, todo sea por la manzanilla calentita oye .... me siento por aqui y me la tomo tan tranquila a ver como sigue esto.

;0)

would dijo...

Yo no entiendo qué ha pasado con las tijeras.

Awake at last dijo...

Seguro que te pediste algo más fuerte que una inocua manzanilla, :-p

Besos!

Bito dijo...

¿En el camino? ¿Una idea en tu cabeza? ¿Novela por entregas?, tanto tiempo desconectado que ya me pierdo...

Pero si acaso estás escribiendo una novela, no solo te admiro chaval, sino que te espero...

Raist dijo...

Es lo bueno de Pou, que le intentamos sacar punta a todo lo que escribe...

De todos modos seguimos esperando a ver qué cojones era eso de las tijeras...

Pow dijo...

Chicos, lo de las tijeras está explicado en su sitio... Así que podéis satisfacer vuestra curiosidad allí.
¿Os fijáis que no soporto tener 13 comentarios en un artículo?
:-D

Isthar dijo...

No olvides nunca que un escrito es mitad del que lo escribe y mitad del que lo lee ;)