10 octubre 2006

El trato a los enfermos

Todos dicen que soy un mal enfermo. Porque no me gustan las atenciones ni los cuidados ni las insistentes preguntas sobre mi estado de salud. Ya me cuesta reconocer que esté enfermo, pero cuando lo reconozco, dispongo toda mi concentración en recuperarme, en seguir las pautas que me ha marcado el médico. Como consecuencia, olvido todo lo demás, me olvido de todos los demás.

Una semana después de la operación de codo, enyesado desde los nudillos hasta el final del antebrazo, estaba viviendo solo en mi casa de Barcelona. Mi madre llamaba con frecuencia "por si necesitaba algo" hasta que la mandé al cuerno y entendió que era mejor desistir. Algunos compañeros de trabajo pretendían ayudarme a comer porque "me costaba mucho tiempo sacar la tapa o cortar la manzana". "Es mi tiempo", respondía yo invariablemente, "me gusta utilizarlo así". Y sí, omitía intencionadamente "gracias" al final de la frase.

Por otro lado, cuanto más dolor siento, cuanto más delicado parece mi estado, mayor es mi capacidad para la mordacidad. Tumbado en la cama, un par de horas después de que me enroscasen dos tornillos en el codo, en el momento en que los efectos noqueantes de la anestesia se habían evaporado por completo, miré a mi madre sin descomponer el gesto y le dije, apretando la boca, "Mamá, por favor, vete a la enfermera y dile que me traiga un mordedor o morfina, lo que tenga más a mano".

Los demás dicen: "cuando estás enfermo eres un borde y no dejas que nadie haga algo por ti". Yo digo: "cuando estoy enfermo disfruto de mis ocurrencias y me encanta malgastar el tiempo en cosas que antes me parecían insignificantes". Tan solo se trata de una abrupta divergencia en los puntos de vista.

No obstante, coincideréis conmigo en que un enfermo que pasa a solas su enfermedad, que disfruta de su tiempo de convalecencia desapercibido en su soledad, es el mejor de los enfermos.

El problema es que la mayoría, cuando está enferma, necesita todo ese tipo de atenciones y les parece que si no se las ofrecen a uno, después no les serán devueltas. Así que me veo obligado a hacer una proclama desde este reducido foro: "Cualquiera que necesite de mis atenciones cuando esté enfermo que me lo haga saber y le serán concedidas sin contrapartida".

Y ahora, si todo ha quedado claro y sois tan amables, ¡dejadme en paz!

:-P

14 comentarios:

susej dijo...

Si estuvieras enfermo te dejaríamos en paz, pero como no cuela pues....

Pow dijo...

No, si enfermo no estoy, pero algo de asco sí que voy dando... Luego si acaso te enseño los pies y ya decides tú mismo.
XD

susej dijo...

Vamos a ver, me gustan los quesos, pero no todos XD

Mujer del traje gris dijo...

Como esa treta que de pekeños haciamos al hacer creer a nuestros padres que nos sentiamos enfermos pero que en realidad queriamos toda su atención?

Pues nada, pasando a conocer tu blog, linda la imagen del top.
Te leo pronto.

Saludos!

tomatita dijo...

Sencillamente, me parece encantador, entrañable.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Y la enfermera te traía un mordedor relleno de fluídos biliares.

Por cierto, estoy fiebrosa y afónica, pero prescindo gustosa de tus atenciones, gracias.

:P

ORACLE dijo...

...yo si quiere le ayudo a escribir en el ordenador, con un brazo enyesado tiene que ser complicado postear.
usted dicte que yo escribo(lo que me venga en gana)

isterica dijo...

Pues es a lo nos han acostumbrado en mi casa. Mis padres jamás nos ayudarían a nada aunque estuviésemos malos. De hecho siempre nos las hemos tenido que apañar solicos.

Miada dijo...

A mí me gusta ese sentido de humor negro que eres capaz de sacar a la luz en los "malos momentos", me pasa lo mismo que a Tomatita, jajaja...

Estoy acostumbrada a "este tipo de enfermos" tengo uno en casa, imposible darle ningún cuidado extra, a no ser que esté más allá que acá y ni siquiera pueda protestar... La verdad es que os prefiero a vosotros que a los enfermos que no paran de pedir, y pedir, y pedir...

Un beso.

Alnitak dijo...

Lo tendremos en cuenta, lo de decirtelo y lo de dejarte en paz.

pd. Sí, a veces la gente me dice que soy como una gata, pero a mí realmente no me gustan mucho los gatos...

terminus dijo...

¿Todavía tienes los pies de un puto Hobbit? jejeje.

Anónimo dijo...

Pues vale, pues te dejo en paz y ahora voy y no comento, hala :P

susej dijo...

¿Si tu exudas soledad?
¿qué exudo yo? ¿desolación?
Correr en el acantilado atrae mucho, y a veces nos adentramos tanto en el filo que ya solo se puede avanzar hasta llegar a otro sendero ancho, y mientras, pues soportar la tentación las voces ajenas, y no dejarse caer en el abismo.

sergisonic dijo...

yo también prefiero estar solo al e star enfermo. vamos, me refiero que prefiero deprimirme solo :P

saludos sónicos,

sergi