04 septiembre 2006

No se puede ser más simple


El momento es ahora, con la adrenalina fluyendo tan salvajemente que no hay percepción sino delirios narcóticos. En este mismo instante soy un puto héroe. Me siento un puto héroe. Y eso es algo que me encanta.

Cuando los expertos no han conseguido resolver el problema, cuando los gerentes comienzan a tirarse de los pelos por la alarmante merma en la rentabilidad del proyecto, cuando ya no hay nadie a quien se pueda llamar... ¡Allí estoy yo! La última esperanza del universo empresarial.

Necesitamos enroscarle a un cordero una boina a rosca-chapa para el martes. Y no hay manera de que enganche. Hemos examinado el cordero, hemos examinado la boina, hemos limado las rebabas de la rosca y no hemos conseguido nada. La boina sigue cayéndose una y otra vez. ¿Tú no sabrás de corderos y rosca-chapas?

Y lo cierto es que no sé. De hecho, la mayoría de las ocasiones no tengo ni idea de lo que me hablan. Pero siempre me sobró cabezonería. Así que me enchufo delante del ordenador como un periférico de bajo consumo y reviso diagonalmente montones de información sin absorber absolutamente nada. No me importa el cordero, ni la boina, ni para qué alguien en su sano juicio quiere enroscársela en la cabeza. Lo único que me importa es que la boina no se caiga. Encontrar la manera de mantenerla en su sitio.

En el proceso suelo soltar tacos para marcar la separación de los intervalos de mutismo, me quejo de diecisiete cosas distintas sin motivo justificado y me desespero como un niño enrabietado que no alcanza el tarro de las galletas. Sin embargo, sin previo aviso, llega un momento en el que consigo encajar todas las piezas. En el que sé cuál es una solución que viene de repente, sin evolución aparente, por casualidad.

Es entonces cuando explota toda la tensión que he acumulado durante ese tiempo. Y sonrío. Y lo celebro. Y me celebro. Y lo comento con los colegas. Y me voy contento a casa.


Es cierto que el éxtasis es momentáneo. Y que, en realidad, cualquiera con la suficiente voluntad habría sido capaz de resolverlo. Pero lo he resuelto yo. Y eso me hace feliz. Porque me he demostrado que sirvo para algo. Aunque ese "algo" sea una estupidez como enroscar una boina a contra-chapa en la cabeza de un cordero.

19 comentarios:

Sansara dijo...

Y ya es bastante, teniendo en cuenta que el cordero, la boina y la técnica de la rosca-chapa al principio no tienen nada que ver uno con otro y cuando lo dejas terminado aquello casa y cuadra como debería.

Cuestión de inspiración, un par de ideas felices y allá ves aquello funcionando como si desde el principio hubiera sido concebido de una forma tan armónica.

Sí, se puede ser más simple. Pero lo hermoso es que siéndolo o no, a uno le encanta llegar a casa con la satisfacción del trabajo bien hecho. De haberse enfrentado al reto y haberlo superado. No pierdas esa ilusión y esa satisfacción jamás.

Aunque hayas encajado cientos de boinas, roscas y corderos cada uno de su padre y de su madre y a tu alrededor no haya alegría y regocijo por sumar uno más a la lista.

Te lo digo por experiencia. ;)

Isthar dijo...

¿Lo ves? Todo es cuestión de proponérselo, y tú hay ciertas cosas sobre las que no dudas y te arremangas de imediato sin miedo al peligro, al reto.

¿Por qué no hacerlo en otros terrenos? ¿Por qué no usar la misma determinación y constancia para otras cosas cuyas resoluciones también son complejas? ;)

Me alegra mucho saberte en un momento de euforia, te lo mereces :)

Muackssssssssssssssssssssssss

Anónimo dijo...

Tan estúpido y simple no será cuando los demás no fueron capaces de hacerlo. La perseverancia, el afán de superación y el gusto por el trabajo bien hecho... para mi, es una forma de inteligencia.

Azena dijo...

eso es lo que me gusta de ti, que ves las soluciones...

Anónimo dijo...

suponiendo quizás que tengas la capacidad o la no incapcidad de contentarte con esas tonterias quizá sea que no la tienes para lo demás.

Anónimo dijo...

QUIERO UN HIJO TUYO POW!!!

Anónimo dijo...

qué te parece si te enroscaras tú al cordero y os subierais en a boina..........quizá se quedaran todavía más estupefactos en tu trabajo!!!ja,j aj a

ORACLE dijo...

la vida consta de esos pequeños momentos de felicidad...

isterica dijo...

Jajajajaj! Míralo que majico! Es como un juego, si consigues llegar a la respuesta, es genial porque te sientes super bien!

Eulalia dijo...

Así somos...
Un beso.

Shh... dijo...

sales muy bonico en la foto...

^^

(me alegra leerte eufórico)

CHEMA RQ dijo...

Siempre has sido un crack con las boinas y con los corderos.

Me encanta verte con una humor tan positivo, y una euforia incontenida como la que transmites.

Apa POW !!!!

Anónimo dijo...

oiga, oiga,
que enroscar una boina a contachapa no está al alcance de cualquiera

:-)

Alnitak dijo...

Si es que cuando uno es cabezota, y me incluyo claro, al final se termina consiguiendo lo que sea. Y aunque lo que sea no te importe una ... siempre se siente uno mejor cuando consigue lo propuesto.

Lydia dijo...

Al principio pensé que era una metáfora. Veo que no.

Igual es verdad que necesitamos algo de surrealismo en nuestras vidas para mantenernos despiertos.
Y lo celebro. Y me celebro, lo que me recuerda a un poema ;)

No te restes importancia diciendo que cualquiera podía haberlo solucionado, ni que es una estupidez. Tienes autoestima de sobra, no? Pues que se note también cuando aciertas, cuando ganas, cuando te sales, cuando te diferencias.

Espero que el extasis no sea tan momentáneo como te pareció ayer. Lo suyo es ir engarzándolo con otro y con otro...
Da gusto verte así. Celébrate más.

Miada dijo...

Cualquiera no tiene "tu voluntad", ya me gustaría a mí...

Un beso.

Para, creo que voy a vomitar dijo...

Bueno, a todos nos gusta sentirnos útiles. Las reacciones ya son diferentes, yo lo suelo celebrar internamente y con una sonrisa. Brindo conmigo mismo y poco más.

Chin, chin.

Anónimo dijo...

de verdad, cuanto inutil hay en el mundo que no sabe hacer eso no? enhorabuena xD

Darkblue7 dijo...

que trabajo tan curioso... la verdad...