08 julio 2006

Shakespeare y la cerveza le hacen a Pow perder la cabeza

Son muchos los sábados, enhebrados como inacabables hilos en el compulsivo telar de Penélope, en los que he salido a conversar, a beber, a fumar... A reír y a bailar. Y si bien los de baile han sido los menos, la racha no ha dejado de ser por ello más abrumadora.

No había planes hoy. Nadie estaba en el lugar adecuado. Cada cual tenía lo suyo y a ninguno le agradaba lo mío. Así, en un arrebato de esa extraña pasión que lanza a un Romeo titubeante sobre una exhuberante Julieta, me he lanzado yo en pos de un teclado USB. Y de seis cervezas. Por el camino se han sumado al botín Trabajos de Amor Perdidos y un adimento de Lucky. Que no por mimar el cuidado el alma hay que despreciar el castigo del cuerpo.

Tras el extraño experimento perpetrado por Branagh en Shakespeare, con los dedos, otrora encogidos en la rácana extensión del inmundo portátil, ahora extasiados por la doblez de un espacio conquistado a la periferia de unos campos sin límite olvidados ya los muros; me siento embriagado ante un haz de luz en la medida precisa para que mis ojos puedan contemplar una grandeza que siempre fue mía.

Y tal es el sosiego que me proporciona la referida contemplación, que me marcho, como golondrina europea aleteando en veloz migración, a un mundo de sábanas dobladas que será embrión de una manaña de fértil y portátil trabajo. Ese portátil que una vez fue prisión, ese tedioso cuadrado de huidizas ventanas inexplicables que acompaña mi existencia como el humo a la ceniza. Como el pop al champagne.

Que la vida no es solo lo que nos han contado. Que el más presto es quien más aprovecha. Y el hastío nunca fue mejor pagado sino por aquel que lo ensalzó sin mesura.

Vive en el instante en el que ningún sueño pueda ser soñado, esculpe milagros con cada esquirla de pensamiento y respira como si el aire fuese el apagado murmullo de un manantial de sonrosadas dríades.

¡A qué esperas! Nadie lo hará por ti.

5 comentarios:

susej dijo...

¿Para qué?

Pow dijo...

No sé, Susej, ayer parecía tener más sentido. Quizá a vivir en el instante en el que ningún sueño pueda ser soñado...

Anónimo dijo...

¿Autoconvenciéndote de algo?

susej dijo...

Me encanta el nick de tu último/a comentarista.

Hey, que la hechura me ha encantado, y casi he pensado en un número musical, creo que al leerlo ha sido el momento más cercano a que cogiera el sombrero de copa y bailara un número.

Anónimo dijo...

Y tanto.
No he entendido nada. Willy, sal de su cuerpo!