04 junio 2006

Duermevela

Ayer llegué rendido después del viaje. Ni siquiera me apetecía salir. Acompañé una película de DVD con una abundante cena y un refrescante vino. Me acosté temprano, aunque no tenía sueño.

Escuchaba la radio de madrugada, en un estado de vigilia sostenida, cuando se manifestó aquella extraña experiencia. Sentí un temblor que parecía producto de un terremoto localizado en mis piernas. De repente era incapaz de moverme. Mi cabeza luchaba por enviar señales a mis músculos sin conseguirlo. En ese instante, comencé a sentir una atenazante presión sobre mí.

La desorientación obligaba a mi cerebro a localizar la cama en la que me encontraba. Imágenes de habitaciones en las que una vez durmieron mis familiares ya desaparecidos se sucedían sin encontrar el sentido. No sabía dónde estaba.

Empecé a sentir un tirón en el hígado, como si alguien quisiese extirpármelo a través de la piel. A continuación una creciente opresión en la parte izquierda de la garganta me hizo boquear. Controlé a duras penas la inapelable tentación de abrir los ojos. Con esfuerzo conseguí ordenar a mis brazos que se abriesen hacia los lados porque no había manera de que se despegasen de mi torso. Mis riñones obedecieron las órdenes para incorporarme. Y la sensación desapareció de súbito.

Me he negado a abrir los ojos. La radio seguía sonando de fondo. Y una alarmante percepción de vacío me ha provocado un miedo irracional. Me he quedado acurrucado en el lado izquierdo de la cama, huyendo de la experiencia que acaba de asaltarme en el lado derecho. Poco a poco el miedo ha ido remitiendo y he conseguido dormirme.

Tal vez, alguno de mis familiares muertos, ha tratado de enviarme un mensaje. Es posible que estén preocupados por mi salud. O tal vez sólo era un alma en pena con deseos de atormentar al alguien. Nunca lo sabré. Porque, en el fondo, después de todo, quizá se haya tratado tan solo de un sueño. Tan real que me ha dejado una quemazón en la conciencia que ha resistido la luz del día.

11 comentarios:

Para, creo que voy a vomitar dijo...

¿Y si sólo fueron gases?

susej dijo...

Parece que ha sido una experiencia astral parcial, tu hígado deseando ir a otro plano...esto..¿no sería refrescante cena y abundante vino? así sí que tendría explicación ;)

... dijo...

Me he asustado un poco leyendo este post. Igual que me asusté hace un par de meses cuando me ocurrió algo muy parecido, pero sin tirones en el hígado. Algo que todavía no he querido/sabido explicar.

Curiosos los sueños...

isterica dijo...

Oye! A lo mejor es un amago de ataque al corazón!

HELEN -Mamá In Design- dijo...

Eso fue el vino, sí.

¿ves? por eso es bueno dormir acompañado.

Besitos Powwww!!!

Sortilegio dijo...

Para esos casos lo mejor es que hagas una limpieza de 'energías' en tu casa, por si acaso. Ya sabes....son 30 euros.

Pow dijo...

En realidad no me asusta demasiado, Sorti, pero la sensación fue tan física que me quedé un poco sobrecogido... Tal vez la próxima vez me atreva a abrir los ojos. Aunque quizá no haya próxima vez.

Esther dijo...

a veces los sueños son tan reales que parece que los hemos vivido de verdad, y en cierto modo, así es...

Anónimo dijo...

Realmente era yo, tratando de darte una paliza (después de drogarte) por no enviarme plastilinas... Pero claro, te emperraste en no abrir los ojos XD

Miada dijo...

Esos sustos a veces ponen la piel de gallina y los pies en el suelo...

Un beso.

Anónimo dijo...

Nice colors. Keep up the good work. thnx!
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