Una inyección de capital inesperada me ha permitido pasar toda la tarde del sábado comprando ropa. La mala vida ha hecho que mi peso actual sea quince kilos inferior al que ostentaba hace dos años y todo lo que tengo me queda enorme.
Aunque mi imaginación textil es más bien escasa: una cazadora vaquera como la que llevaba desde hace diez años, unas zapatillas para sustituir a las habituales, una camiseta negra de manga larga de la misma marca que mi querida compañera desde hace ocho años y unos levi's 501 como los de toda la vida.
Cuando estaba probándome los pantalones me he quedado mirándome al espejo. Era la primera vez en mucho tiempo que me ponía unos vaqueros de mi talla. Me ha gustado. En ese momento he comprendido la satisfacción que se experimenta cuando uno se siente a gusto con su cuerpo.
La sonrisa arrancada por estos instantes de felicidad casual es la más reconfortante. Y no hace falta ser complicado ni reflexivo para disfrutarlos. Basta con dejarse llevar...
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9 comentarios:
Vaya, con que una subida de adrenalina con los Levis eh ?? No está mal. Yo me he pasado la tarde de fiesta cambiando unos pantalones de lino verde militar por otros de una talla más grande .... (lloriqueo, con moqueo incluido) A mi que no me vengan con rollos pero las tallas las han tenido que confundir, al menos en mis pantalones, no jodamos !!!!
Confiesa, eres comprador compulsivo :D
Y leo En ese momento he comprendido la satisfacción que se experimenta cuando uno se siente a gusto con su cuerpo.
Y la verdad que suena muy mal, pero mucho....
Pues nos guste o no Susej uno de los grandes problemas que generan más inseguridades es precisamente no sentirse agusto con nuestro propio cuerpo. Cuando te sientes bien contigo mismo es mucho más fácil estar bien con todo lo demás. Y no estoy hablando de frivolidades, ni de parecer muñequitos.
Suena a metrosexual en potencia, aunque tradicional en cuanto a prendas.
Y el comienzo del post Una inyección de capital inesperada..., no te suena a tarjeta del monopoly? :P
Los de la cámara de seguridad de los probadores de la tienda de ropa también han sonreído al verte sonreir.
unas horas sin leerte y te enamoras, te emborrachas, te dan calabazas, haces terapia y te vas de compras... :)
es delicioso sentirse bien detante del espejo.
un besote Pow!
Ouch Wanda, no se me ofenda, entiendo lo que me dice, al igual que he entendido el post de Pow, no se me ofenda por favor, que uno ya tiene suficiente con reunir fuerzas para mirarse al espeje.
cuidado!
no sea una 34 o una 36! que luego os volveis locas! :S
besos
Enric
No me ofendo Susej, para nada, no te preocupes. Solo quería matizar el hecho de sentirse bien con la imagen del espejo, que si que cuesta si ;0)
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