08 abril 2006

Ímpetu

A veces siento el súbito impulso de tomar tu cabeza entre mis manos, estudiar el fondo de tu pupila y susurrarte ronco la desesperanza.



-¿Es que no has entendido nada? Después de tantas palabras... ¿Y sigues sin entender nada?

Pero como viene se va. Y vuelvo a pensar que me equivoco. Que nunca fui un incomprendido. Que los incomprendidos lo son no por ser inexplicables, sino por ser incapaces de explicarse.

6 comentarios:

Puri dijo...

Esos impulsos... ;-)

Shh... dijo...

Creo que la incomprensión puede venir de dos lados: de nuestra incapacidad para explicarnos y de la incapacidad del otro para entendernos...
De todas maneras, a mí siempre me acaba trayendo un sentimiento de soledad (y un poquito de frustración también, no te voy a engañar):P
Besos.

Isthar dijo...

De todo hay. Hay veces que no nos sabemos explicar y otras tantas que no nos comprenden en absoluto.

Me encanta West side story ;)

Para, creo que voy a vomitar dijo...

Uno se puede explicar de muchas maneras, de manera roca y surrante o alta y clara. Cada uno como sabe, cada uno como puede, cada uno como le dejan...

Buttercup dijo...

O porque los demás no quieren comprenderlos. Y a veces es mejor así.

Anónimo dijo...

De acuerdo contigo. Todos somos explicables.