A veces siento el súbito impulso de tomar tu cabeza entre mis manos, estudiar el fondo de tu pupila y susurrarte ronco la desesperanza.
-¿Es que no has entendido nada? Después de tantas palabras... ¿Y sigues sin entender nada?
Pero como viene se va. Y vuelvo a pensar que me equivoco. Que nunca fui un incomprendido. Que los incomprendidos lo son no por ser inexplicables, sino por ser incapaces de explicarse.
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6 comentarios:
Esos impulsos... ;-)
Creo que la incomprensión puede venir de dos lados: de nuestra incapacidad para explicarnos y de la incapacidad del otro para entendernos...
De todas maneras, a mí siempre me acaba trayendo un sentimiento de soledad (y un poquito de frustración también, no te voy a engañar):P
Besos.
De todo hay. Hay veces que no nos sabemos explicar y otras tantas que no nos comprenden en absoluto.
Me encanta West side story ;)
Uno se puede explicar de muchas maneras, de manera roca y surrante o alta y clara. Cada uno como sabe, cada uno como puede, cada uno como le dejan...
O porque los demás no quieren comprenderlos. Y a veces es mejor así.
De acuerdo contigo. Todos somos explicables.
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