08 abril 2006

Mira que me complico la vida...


Esta tarde la he vuelto a ver. En el supermercado. Solo que hoy no tenía ninguna historia que inventar para ella. Porque mi vista ha reparado en su dedo anulado y en su acompañante. Todo ha quedado aclarado.

Me pregunto por qué invento historias de fantasía descabellada para explicar lo trivial. Nunca puedo atrapar un razonamiento simple. Me pierdo en la exótica imaginación del sentido abstracto sin remisión.

Quizá sea mi manera de ver la realidad. Tal vez para mí el mundo no pueda existir de otra forma. O es posible que tan solo esté tan loco*, que mi percepción sea una utopía irreproducible.

*Según la teoría de Jung.

2 comentarios:

El Bosco dijo...

Ni el dedo ni el acompañante son obstáculos,en teoría, invencibles. Inténtalo si merece la pena.
Saludos y ánimo.

isterica dijo...

Mi teoría es que siempre tiendes a elegir a quien no puedes conseguir. Ya se sabe: "...yo soy un sueño, un imposible, vano fantasma de niebla y luz, soy incorpórea, soy intangible, no puedo amarte. -oh! ven! Ven tú!"