25 abril 2006
Extraños hábitos en la alimentación
Entre semana me levanto a las siete de la mañana. Tras ducharme, asearme y ordenar la casa bebo un café solo. No como nada hasta las dos de la tarde. A mediodía tomo un plato único que suele incluir verdura, pasta, carne o pescado. De postre, una manzana. Ceno hacia las ocho y media. En esta ocasión la variedad es mayor: tortilla, tomate, queso, embutido, carne, patata... Lo que me apetece y en cantidades abundantes. Al terminar el día, hacia las once, mojo diez o doce galletas en leche fría.
El fin de semana la dieta cambia por completo. Desayuno galletas con leche si me levanto pronto, como varios platos y varios postres y ceno en restaurante sin restricciones.
Mis compañeros de Camino se extrañaban de que fuese capaz de caminar quince kilómetros con un café en el estómago. Pero la inercia de la costumbre es imparable, aunque algunos especialistas en alimentación me hayan aconsejado con vehemencia que varíe mi forma de ingesta.
No recuerdo la sensación de hambre. La necesitad ineludible de comer lo que sea en un preciso momento. Puedo comer poco, mucho o en exceso, pero casi nunca disfruto al hacerlo. Solo alguno de los exquisitos platos de mi cuñado ha conseguido remover mi aletargado sentido culinario.
Supongo que es la impertinente desidia que me acompaña desde hace unos años la que impide que mis instintos se manifiesten con violencia. Tal vez si recupero la ilusión podré recobrar el hambre. O quizá, lo que suceda, es que haya perdido ambas capacidades para siempre.
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17 comentarios:
Si matamos a tu desidia crees que queda arreglado el tema? ;)
Pues dime cómo se hace. Si no desayuno nada, no tengo hambre, ahora, como me meta algo al estómago estoy tol día pensando en comer sin parar.
Ah! Y lo de mojar las galletas en la leche...lo mejor! A mí particularmente no me gusta pero me recuerda una escena de Al otro lado de la cama.
Tus instintos ya se manifiestan con violencia.
Verbal. :)
A mi me pasa como a ti, desayuno muy poco y no noto la sensación de hambre hasta que me ponen el plato delante..., en lo de la desidia no, eso es más complicado. Mientras unos necesitan alimentarse con ilusiones tú pareces hacerlo de desencanto. ¿Por qué no cambiar de dieta?
Yo no soy persona si no desayuno, no puedo vivir sin un café y un algo más...
La verdad es que siento que te pierdas el placer de la comida, todo lo contrario a ti, disfruto comiendo y disfruto preparando comida a los demás, es uno de mis maravillosos defectos...
Un beso.
Ahora ya sabemos la receta para conseguir esas "chocolatinas"
P.D.Léase en todos los sentidos
No fastidies hombre!! a ver cada uno se lo cocina y se lo guisa como quiere... pero vamos, en serio que no disfrutas?? jo tronco... muy mal... no sé... nunca me había encontrado con un caso así... tú no tienes pueblo o qué?? yo te presto el mio un día si lo necesitas, y hasta a la tia abuela. XD
Yo me apunto a lo de matar a tu desidia, solo teneis que decirme el día y la hora y allí estare jeje.
La verdad es que el hambre aparece por la costumbre de una hora habitual o por el puro aburrimiento. Yo soy de esas de no tomar nada para desayunar... muchos días no como nada desde la hora de la cena hasta las 6 de la tarde que llego a casa :S. Me gusta comer lo que me apetece y no un bocadillo y más vale esperar un poquito jeje.
Tu prueba a comer cosas que te vuelvan loco y ya veras como te entra el hambre sin mas jeje.
Besos!
Hey, si encuentras la receta de las ilusiones, pásala.
De extraños nada eh. Yo a diario tampoco puedo desayunar nada, salvo un té. Y creo que sé por qué es. Sencillamente por las horas y el trabajo, porque, como a ti, en el fin de semana me levanto algo más tarde y me pongo un desayuno en condiciones.
Otra cosa es lo de El Camino, que es raro que con tanto andar no te preparases un poco, pero es que si no entra nada, no hay nada que hacer.
Esas galletitas con leche nocturnas, son una de mis perdiciones...
....no disfruta comiendo?.... lástima.... ahí si que le puedo decir lo que se pierde....
Pues no se cómo lo hacen algunos. Yo a veces tengo unos ataques de hambre mortales, especialmente si no desayuno. Y lo de disfrutar lo que como... una barbaridad, vamos.
Yo jamás desayuno. Pero cuando noto el hambre debería comer ipso facto. Si pasan unos minutos vuelve a desaparecer.
Los horarios tampoco los llevo bien. He oido decir eso de que se debe acostumbrar al cuerpo a una alimentación ordenada, pero descarto aquello de recuperar la ilusión para recobrar el hambre.
Yo si recupero la ilusión, renuevo el armario :)
Y yo pasaba por aquí para comentar que... Bueno, qué más da. No importa. Ya lo digo otro día.
XD
es complicado comer con rutinas... ultimamente admito que como fatal de los fatales... :(
"Soy la juerga paaadre, la alegría de la huerta..."
Pero a ti hay algo que te guste, hombre? Aparte de tú mismo, quiero decir XD
(Que digo que deberías probar los placeres del modelaje en plastilina... sugiero... es muy divertido... si esto tampoco funciona, pasaré a hipnotizarte XD)
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