10 marzo 2006

Sueños

Cuando hablo mucho y no he descansado lo suficiente farfullo. Se me bloquea la mandíbula. No soy capaz de articular los sonidos con precisión.

Esta mañana, durante una reunión con un cliente, ha aparecido el gangoso de nuevo. Mi compañera me lanzaba miraditas intrigada. Porque todavía no es capaz de adivinar si bromeo o no. Más tarde, tomándonos un café bien cargadito, le he contado mi vida en estos dos últimos días.

El miércoles por la noche vino a verme Gork, un antiguo compañero de trabajo de Barcelona. Siempre se preocupa por mantenerme informado de su vida. Hacía varios meses que no nos veíamos.

Tras cenar en el restaurante y dar cuenta de una botella de vino, nos tomamos un par de pacharanes y unas cuantas rondas de cerveza/chupito de whisky. A las cuatro de la mañana nos echaron del bar. Y nos convencimos de que había dejado su coche mal aparcado. Lo encontramos, lo movimos de sitio y nos arrastramos hasta casa.

Me desperté en el sofá a las diez de la mañana siguiente. Habíamos dormido sentados, cada uno repantingado en direcciones opuestas. Me calzé el traje con impaciencia mientras llamaba al trabajo explicando que había ido a ver a un cliente pero que llegaba en media hora. Gork me preguntó dónde habíamos dejado su coche. Pero no había rastro en ninguna de nuestras memorias del lugar de aparcamiento.



Yo salí corriendo para el trabajo y Gork se fue a buscar su coche por la ciudad. Me llamó una hora más tarde. Lo habíamos dejado en una zona de carga y descarga. Le habían recetado más respeto y una penitencia de 92?. Nos pareció poco la multa. Deberíamos haber ido a parar a la cárcel por conducir borrachos.

Pasé el día flotando de cliente en cliente, mostrándome sospechosamente alegre en la oficina y dejando pasar el rato. Por la tarde fui a buscar a Gork a mi casa, lo desperté y salimos a tomar un café.

Después cenamos en mi casa un par de chuletones, un magret y un decepcionante vino francés. Cuando estábamos tomando el café comenzamos a discutir sobre tipos de whisky. Y decidimos contrastar nuestras teorías en cuatro o cinco bares de la zona. Supongo que él tenía razón. Porque yo no entiendo mucho de whisky.

Desayunamos unas papas bravas, mejillones y una cervecita mientras mirábamos la iglesia por la cristalera. Las habituales discusiones sobre amor, sexo, coches y pareja seguían formando parte de cada uno de nuestros diálogos.

Esta mañana hemos tomado un café y ha partido de vuelta para Barcelona. Yo me he ido a trabajar.

Cuando estaba en Barcelona estos episodios se repetían al menos una vez al mes. Estoy acostumbrado a ir a trabajar sin dormir pero no puedo controlar mis farfullos.

12 comentarios:

Pow dijo...

Entrenamiento, como todo...

Bito dijo...

Vaya señor... pero que le quiten lo bailao, tiene pinta de haber sido unos días de puta madre.

El farfullo ese vale la pena, seguro.

Azena dijo...

jejeje

me encanta ese tipo de ¿juerga? es la que más me gusta...

sobre todo con el morbazo de trabajar al día siguiente...

resuélveme una duda. la segunda noche... ¿dormisteis?

a mí lo que me pasa a veces es que se me lengua la traba y empiezo a tartamudear... ups, ¿ves?, ya lo he vuelto a hacer... ;-)

a falta de una buena juerga, te mando un beso...

Isthar dijo...

Cómo se lo montan algunos ¿eh? :P

Más te vale coger fuerzas que la que te espera va a ser bastante peor que ésto... jejejeje

Raist dijo...

Y yo toda la vida pensando que de vez en cuando te volvías lelo... y era por estar cansado... aaaaah

Buttercup dijo...

Muchas visitas como esas y no sobrevives...

Iván dijo...

De peso qué tal andamos bien no? Un par de semanas contigo y acabáis rodando por la ciudad, menudo saque hijo...

vylia dijo...

Creo que es mejor disfrutar estos instantes sin preocupaciones. Así, el día que sigue a una noche de tragos probablementes sentirás el peso del licor en tu cabeza y deberás comenzar a beber de nuevo para olvidarlo, es la mejor forma de disimular.

Recien llego a tu blog y me gusta este estilo, creo que vendré a visitarte más seguido. Por supuesto, estás cordialmente invitado a mi espacio.

P.D. Debo confesar que no soy del tipo que toma mucho, pero cuando salgo a divertirme disfruto mucho. Como dices, entrenamiento. Un saludo.

terminus dijo...

Conozco la sensación, pero... cuando se enlazan dos dias seguidos así, el consumo disparado de café ya hace que mis compañeros se pregunten que leches hago por las noches.
Mi dicción es normal, pero los ojos algún día los tendré que recoger del suelo

Abrazo

Edu

Wanda◦○ dijo...

jajajajajajajajaja, menuda historia !! Y luego dices que mis cenas y mis relatos post-cena son divertidos ??? Yo al menos recuerdo donde he dejado el coche criatura !! Después de esto creo que empezaré a farfullar en la próxima cena jajajaajaja

Nadia dijo...

Bah¡ También farfullas sobrio e incluso farfullas cuando escribes :P

isterica dijo...

Ja! Cuando estaba en Barcelona, yo he llegado a ir borracha al trabajo porque mi cuerpo todavía no había sido capaz de asimilar el alcohol.