20 febrero 2006

Recién caída del avión

Butt confesó que no recordaba mucho del incidente, así que he decido compartir con ella, y con vosotros, lo que sucedió aquella mañana de verano en la que B-8 se cayó de un avión en pleno vuelo.

He de confesar antes de comenzar el relato que mi memoria padece una extraña enfermedad. Su volatilidad se dispara cuando el alcohol fluye sin trabas por mi cerebro. Tal vez lo que os contaré no esté en la cabeza de nadie más, pero en la mía la nitidez de estos sucesos es irrefutable.


Ese domingo me levanté temprano. Quizá no fuesen ni siquiera las doce. Me paseé en pijama por la casa, tratando de abrir los ojos a pesar de que ya los tenía abiertos. Los demás dormían y roncaban a mi alrededor. Un bucle de palabras enlazadas que incluían pingüiperro y aspersor rodaban en torno a mis oídos en silencio. La realidad era escamoteada por una bruma negruzca.

Salí por la puerta trasera al exterior. Una cálida y fresca atmósfera revitalizó mis sentidos. La vi en el momento en que mis ojos buscaban la superficie de la piscina. Estaba espanzurrada sobre la hierba. Los ángulos de sus articulaciones conformaban grotescas aberturas. Parecía hendida un par de centímetros en el suelo. Sus ojos estaban cerrados debajo de las gafas de sol.

Caí de rodillas al suelo. Desorientado. B-8 yacía muerta a escasos metros de mi estupefacción. Arañé mi memoria rebuscando una explicación. Pingüiperro... Aspersor... Culo peludo... Coñete... Asno... Incoherentes palabras abrumaban mi sentido. ¿Qué había pasado? ¿Quién era el responsable de aquella atrocidad?

Una perezosa trama de sensaciones recuperadas reconstruyó en mi percepción la historia de aquella triste noche. Ella nos avisó: "No son fuegos artificiales, es un ataque alienígena". La hilaridad etílica nos impidió aceptar la verdad. El planeta estaba siendo atacado. Y los humanos retozaban borrachos en la hierba llena de obstáculos de una solitaria casa a las afueras de la ciudad.

B-8, apelando a su legendaria entereza, se había constituido en la única heroína capaz de organizar la defensa de un mundo tan amenazado por sus propios moradores como por seres de lejanos astros. Descamufló el avión de caza Warhammer que el Señor de las Barbacoas escondía en su jardín y despegó en pos de aquellos alienígenas de aviesas intenciones.

Cuanto más cruenta se hacía la batalla en los cielos más celebraban los borrachos el espectáculo en la tierra. B-8 despachó ella solita a siete platillos volantes de clase estelar. Sin despegar los labios, concentrada en cada una de las cabriolas, abatió a la horda invasora con decisión. Pero su caza había sido alcanzado. Ambos estaban heridos de muerte.

En un último acto de intrépido coraje decidió arrojarse a su destino bajando con su mano ensangrentada la ventanilla. Mientras flotaba en el acelerante aire debió pensar en lo inútil que era defender a aquella panda de descerebrados.

¡Chof!

El ruido de una caída. El eco de una muerte. B-8, descanse en paz.

Las lágrimas pugnaban por desbordar mis párpados. Seguía de rodillas, observando la pálida e inexpresiva cara de B-8, lamentando su sacrificio. Entonces B-9 abrió los ojos, sonrió y, aún demasiado cansada para articular palabra, me dedicó una mirada tranquila. Me sentí reconfortado. La bienvenida trocó la amargura en júbilo. Y me sentí bien. Orgulloso de compartir mis momentos con aquella certera asesina de vida inteligente.

Cuentan que después de aquello, en mañanas de bruma y resaca, se forjó la tradición de conmemorar la cruenta batalla de B-8. Muchos eran los que se reunían allí para emular las tácticas de aquella noche de fuegos y artificios con sus pequeños muñequitos maquillados de pilotos de caza con cabellos de miel...

Como os decía, quizá esto no es lo que pasó. Pero así es como yo lo recuerdo. ¿A ti qué te parece, Butt? ;-)

13 comentarios:

Nadia dijo...

Deberías publicarlo en una revista de divulgación científica "Efectos secundarios de la Absenta"

Raist dijo...

Aquella noche pasó mucho más... esto creo que no es más que un capítulo de aquel holocausto... de hecho creo que debería haber un capítulo por persona, sería bestial... a cada cual mejor.

Deberías empezar una serie.

Anónimo dijo...

Busca ayuda profesional. Pronto. XD

Buttercup dijo...

Juaaaaaa, genial, me ha encantado, eso es exactamente lo que pasó. Deberías hacer caso a Raist y poner una por cada protagonista.

Deckard dijo...

Juas juas juas!!!

Que grande es estar de vuelta por aquí! =D

isterica dijo...

¿Y los nacimientos y muertes de todos los buttercups fueron igual de cruentos? Si sus vidas anteriores la han marcado, b-17 tiene que ser muy dura.

Prich dijo...

¿Cómo eres capaz de acordarte con tanta nitidez de los hechos, con la cantidad de whisky que trasegaste?
La mente de Pow es insondable.

Hija de la Locura dijo...

estoy con raist..la serie es obligatoria.
respecto a lo sucedido, no siempre es real lo que recordamos, y no siempre recordamos lo que es real...puede que pasara como dices, puede que no.
sea como fuere, me quedo con tu historia!

elmasmalo dijo...

Joder, yo quiero tomar lo que os tomasteis aquella noche, pobrecito caza Warhammer, seguro que termino sumido en el Caos...

Unknown dijo...

....vaya paranoia.... XD

Sortilegio dijo...

¿Soy la única que no entiende ni papa de lo que sucedió aquella noche?

Iván dijo...

Por los personajes bien podría publicarse en Milenio 3. Por la cantidad de alcohol de la que te acusan igual en el Pronto... En ambos casos parece que os lo pasásteis bien no?

P.D. Si te animas te he dejado una cadena en mi blog.

Azena dijo...

jejeje
¿sabes que eres un contador de historias estupendo?

quiero más... (así, con cara de avidez...)

un beso