23 octubre 2005

Incierto

Con la mirada perdida a intervalos regulares.
Buscando en el aire lo que siempre quisiste que te regalaran.

No es la persona, es la sensación de amarla.
Recordando aquella arrasadora sensación de vacío lleno.

Vagando por lugares que no querías visitar.
Avanzando en zigzag, al cobijo de desguarecidos soportales.

Caminando mientras vigilas de soslayo lo que has dejado detrás.
Esperando llegar a un destino imaginado, a un destino desconocido.

Melancolía de desesperanza inocua.
Sueño de vida especular.
Reflejo de una vida soñada.

Contradicción irresoluble.
Conciliación inalcanzable.
Dualidad incontrolable.

¿Alguien sabe donde está el camino?
Nadie sabe cual es el fin.

10 comentarios:

M.Ángeles dijo...

El camino: delante de tus pies, siempre.

Nadia dijo...

¿Pero qué cenaste anoche que te sentó tan mal?

susej dijo...

¿El camino?
ya lo sabes, lo estás recorriendo
¿EL fin?
¿para qué lo quieres saber? luego no habrá nada.

No le des tantas vueltas, respira hondo, y camina dando saltos y cantando.

HELEN -Mamá In Design- dijo...

El camino está donde te lleve tu corazon, a veces es lo mas racional que puedes encontrar...

Mil besos. MuaKKK

Wanda◦○ dijo...

No sé si esto lo has escrito antes , despues o mientras yo escribía en mi refugio, pero está claro que todos andamos buscando un camino ... y no es el de Santiago precisamente.
Espero que tu cruce de caminos sea más visible que el mío ;0)

Pow dijo...

Yo ya he encontrado mi camino. Seguí cada una de las flechas amararillas. Y conozco el final con nitidez. Lo he visto.

Pero hay otras personas que todavía están siguiendo esas flechas. Es cuestión de tiempo que lleguen a algún punto intermedio. Que les lleve a nuevas flechas y a nuevos caminos.

Gracias de todas maneras :)

Deckard dijo...

Lo complicado es encontrar las primeras flechas amarillas. Una vez encontradas, el resto viene solo.

Buen poema Dorian.

dijo...

yo también me comprometí con la cartita.. Ay dios, que yo ya no sé.

Anónimo dijo...

Gracias por el poema y la velada

Raist dijo...

Yo una vez también seguí las flechas amarillas... y me perdí en mitad de ningún sitio... pero al final llegué al destino, un destino extraño. El camino de regreso fue más fácil. Y la vida siguió con toda la normalidad que puede tener la vida. Hasta otras aventuras.

Me acabas de recordar aquella aventura, así que ya me has dado tema para un post.

Suerte a cada cual con sus flechas amarillas.