17 septiembre 2005

Retrospectiva

Vuelvo a tener veinte años. Mediante un proceso de maduración inversa he regresado al punto de partida. Lo preocupante es que en aquel momento me equivoqué y ahora sé que lo volvería a hacer. Me resisto al impulso de ignorar la razón, de zambullirme en el agua de cabeza sin saber si la poza tiene la profundidad precisa.

Ayer miraba mi propia imagen reflejada en el agua. Me sentaba embelesado a observar los hechizantes destellos. Admiraba esos detalles tan familiares. Y quería tocarla. Atravesar el espejo y fundirme con ella.

Hoy me he dado cuenta de que sólo era un espejismo. Los reflejos se difuminan con las ondas cuando uno mete la mano en el agua. Todo se distorsiona y se aleja en círculos concéntricos.

Así que he decidido no corromper esa imagen especular. Almacenarla en mi memoria para recordarme que no soy único. Que en cada escaparate hay alguien como yo mirándome. Que enamorarse de tu propio reflejo es sólo un acto de narcisismo. Y que eso, en definitiva, no es amor.

3 comentarios:

Wanda◦○ dijo...

Que complicado eres siempre.
En realidad no creo que sea tan malo quererse a uno mismo, si uno está a gusto como se siente en su propio cuerpo y en su propia vida, y se quiere un poquito, pues es una de las mejores maneras de andar por el mundo y saber lo que se busca. En otras palabras, hablaría de la seguridad en uno mismo, siempre y cuando realmente no sea narcisismo de verdad, que no creo que este sea el caso.
O si.
Bueno, aún no tengo datos suficientes jajajajaa.

Sea como sea, me encanta como escribes.

Isthar dijo...

Yo hace un año que volví a la vida, continué allí donde me quedé en su momento, en los dieciocho... pero de repente me di cuenta que no habían pasado diez años en vano, y que mirándome en el espejo podía reconocer mis experiencias y repetirlas en mi memoria.

A veces miramos hacia atrás y nos vemos ralizando de nuevo aquello que juramos no hacer si volviéramos hacia atrás. Pero nuestro presente no está allí, enfrente, mirándonos a los ojos.


Cada día disfruto más leyéndote :)

Anónimo dijo...

Me has hecho pensar en la frase esa de que los árboles no te dejarán ver el bosque, así que a veces es bueno dar un par de pasos hacia atrás, pararse y ver las cosas desde otro punto de vista.
Y como ya ha dicho Wanda, a veces enamorarse de uno es importante para poder darse a los demás ;)
¿Te has parado a pensar que muchas veces somos nosotros mismos los que complicamos las cosas más de lo necesario? Y a veces, lo hacemos tanto que nos olvidamos de algo tan insignificante como es vivir y disfrutar lo que la vida nos ofrece en cada momento ;)
Un beso.