13 abril 2008

El valor de las cosas

Mi abuela ha cumplido 88 años. No imagino cómo puede ser su vida. Vive sola, en un cuarto sin ascensor ni calefacción y se está quedando sorda. La veo cada dos o tres semanas, mientras come de buena gana las recetas que enseñan a mi madre en el curso de cocina.

Dentro de un par de meses se casa uno de sus nietos. Adivino que ella considera este evento una de sus últimas ilusiones. En su cumpleaños ha recibido todo tipo de complementos para poder lucir ese día.

"Aún no he pensado que vestido voy a hacerme", me ha dicho antes. Mi abuela cose, aún a pesar de sus mermadas habilidades, para completar la exigua pensión. Vecinas y clientas de toda la vida le llevan sus diseños de tanto en tanto y ella se entretiene armando esos intrincados puzzles.

Nosotros le hemos regalado un minúsculo botecito de Chanel nº 5. No recuerdo que mi abuela haya expresado sorpresa o encanto ante ninguno de los regalos que la he visto recibir durante los últimos treinta años. Lo de hoy ha sido un eslabón más en esta cadena de reflexivas actitudes.

"Hace unos años compré una crema hidratante", me ha explicado. "La dependienta, una moza muy simpática que me atiende en el Sabeco, me regaló uno de esos minúsculos frascos, uno de esos que son más pequeños que el dedo meñique, de Chanel nº5. Lo estaba reservando para una ocasión especial", ha concluido.

Estoy convencido de que mi abuela se pondrá su Chanel nº5 reserva para la boda. Y yo no podré evitar quitarme el sombrero ante ella. Ni sonreir, por supuesto.

7 comentarios:

susej dijo...

Y aquí uno al leerlo tampoco ha podido evitar sonreír :)

caracol dijo...

Es admirable, tu abuela. Con esa edad, cosiendo todavía!

Benjuí dijo...

Los supervivientes de esa generación son fuertes en todos los sentidos. Hay más mujeres que hombres, pero unos y otros saben cómo arreglárselas en condiciones que nosotros consideramos inaceptables.
Siempre me hacen pensar si son felices, si ni siquiera se lo plantean o si maldita la falta que les hace...
(Por cierto, qué caro te vendes).

Wanda◦○ dijo...

Seguro que usará el perfume de la muestra y la botella la seguirá guardando para otras grandes ocasiones. Y seguro que se hace un traje bonito de corte francés, las abuelas tienen mucho gusto para todo ;0)

Anónimo dijo...

Yo tampoco pude evitar sonreir...

Sofía B. dijo...

Cada 2 o 3 semanas es demasiado tiempo... la mía con 88 murió este enero, reservaba cosas para la comunión de su bisnieto dentro de 3 semanas.

Yo no he podido sonreir lo siento.

campoazul dijo...

Nuestras ocasiones especiales son distintas a las de las abuelas,las nuestras son todas las que nos hacen felices a nosotrsos, las de ellas son todas las que les hacen felices a los demas...por ejemplo eso...la voda de los nietos.