21 agosto 2006

4 NOTE BOOK


No tengo una memoria particular, es tan antojadiza como cualquier otra memoria. Por eso, cuando viajo solo, le escribo en mi cuaderno de hojas de colores. En las azules tiene las dosis homeopáticas precisas, las direcciones que debe encontrar y alguna confusa indicación que le recuerde cómo razonar una carambola que le acabe conduciendo a algún destino deseado.

En Francia le resumí todo lo que debía deslizar hacia la superficie más próxima en veinticuatro palabras. No necesitaba saber más. Tan solo veinticuatro palabras en tres días.

Si no son necesarias más, ¿por qué malgastamos el resto? ¿Acaso se pierden en un juego de oscilaciones perecederas? ¿No debería elaborar algún organismo una campaña para promover el ahorro de las palabras? ¿Su abundancia hace que su valor sea intrascendente?

Nadie nos cobra por nuestras palabras. Aunque es posible que en algún universo imaginado exista una memoria menos voluble. Tal vez, la memoria de nuestras palabras, expresada en vibraciones de cuerdas y huesecillos, permanezca custodiada en algún gigantesco y extraño almacén de sonidos.

Por si acaso seguiré coleccionando mis silencios en el cuaderno. Por si el ángel custodio de mis palabras resulta algo duro de oído. Y ya nunca puedo volver a recuperarlas.

19 comentarios:

susej dijo...

La mía es una moleskine en la que escribí impresiones, sensaciones, visiones y autoengaños.

Isthar dijo...
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Isthar dijo...

Vengaaaa, me porto bien...

Creo que con 24 palabras nos faltarían muchas más, porque es posible que de esas sobren 23 y falten otras tantas.

Además, la memoria se alimenta de mucho más que palabras ;)

Eulalia dijo...

Dialogar con nosotros mismos no requiere mucho más.
Comunicarse con los otros es lo que requiere matices: ¿cómo expresar una imagen, un olor, un sabor, una textura que nuestra memoria ha registrado minuciosamente sin necesidad del lenguaje?
Recuerda la magdalena de Proust.
Un beso.

Eulalia dijo...

Dialogar con nosotros mismos no requiere mucho más.
Comunicarse con los otros es lo que requiere matices: ¿cómo expresar una imagen, un olor, un sabor, una textura que nuestra memoria ha registrado minuciosamente sin necesidad del lenguaje?
Recuerda la magdalena de Proust.
Un beso.

Lydia dijo...

Este texto me ha gustado especialmente.

Prich dijo...

¿y tú hablas de ahorar palabras después de soltarnos este tocho?

Esther dijo...

"veinticuatro palabras en tres días" buen título para.... no sé... para algo...

(Prich, buena observación, éste no nos la da con queso)

Isthar dijo...
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Isthar dijo...

Las palabras de Prich me han arrancando una carcajada mañanera incomparable XDDDDDDD


Cambia de estrategia de marketing ;)


Lo que hace llevar las legañas pegadas ¿eh? :P

Anónimo dijo...

¿Desde cuando Pow ha ahorrado palabras escritas? :D

susej

Lydia dijo...

Bueno es distinto, creo yo. A mí me resulta imposible ahorrar palabras escribiendo. Eso es difícil. Imposible si quieres llenar de significados el texto. No sólo lo que quieres decir sino todo lo que rodea al texto: las sensaciones creo que son imprescindibles para comprenderlo.
En cuanto a las palabras dichas, yo soy la primera en ahorrarlas, y esto se relaciona con lo último que leí de Ishtar.

Bito dijo...

Esta vez no voy a entrar a dar mi opinión o parecer sobre lo dicho, basicamente porque me he perdido en la forma en la que está escrito. Increíble como lo has enlazado Dorian, y hablo de la técnica. Suave, envolvente y precisa.

Cojonudo.

sergisonic dijo...

nunca me canso de citarlo, un día aburriré. john cage decía que "El sonido tiene un opuesto y necesario coexistente, es el silencio". el silencio también existe, también es música.

ahorrar palabras, algunos silencios, también es lenguaje, y tal como lo engarzas tú, me gusta.

saludos sónicos!

Wanda◦○ dijo...

Si, creo que deberías de haberlo titulado Sin Palabras .......

Chan ta ta chan dijo...

:)

oyeeeeeeeeee has cambiado esto!! poz zi poz zi!!

Vivan los cuadernitos de agata ruiz de la prada!! hay cosas que nos hacen únicos, y posiblemente en sus páginas haya mucho de nosotros, aspectos superfluos, apuntes... un poco de todo, y congoja cuando se recuperan algún día...

Alnitak dijo...

yo me quedo literalmente sin palabras, pero ya me gustaria normalmente poder ahorrarlas. Yo tambien llevo conmigo siempre mi cuaderno pero como me siente al lado de alguien hablo y hablo sin parar, y muchas veces sin querer.
Lo ves, ya estoy hablando de nuevo más de la cuenta...

pd. me encantó el texto y el cambio de la página.

Azena dijo...

me encantan las palabras... creo que nunca tendré suficientes...

(¿por qué será que me llaman insaciable?)

;-)

Darkblue7 dijo...

Al contrario... debía existir un organismo que nos recordase a menudo todas aquellas palabras que no usamos.
Cuantas más palabras más riqueza, porque cada palabra tienen un matiz diferente de aquella que dice "casi lo mismo, pero no llega a ser igual"... algo que llaman sinónimos...