Sigo alucinando con esa historia de amor distante y apasionado. Con esas canciones en las que el amor es un juego de tortura interrogante. Con el ritmo de esos intrincados juegos de palabras que suenan como susurros sibiliantes en las sedosas siluetas del sin sentido...
El reflejo de la fatua elegancia de los años treinta adorna el honesto discurrir de la historia. Las explosiones de melancolía y desenfreno se suceden para conservar la emoción viva hasta el final.
Y Kevin Kline y Aslhey Judd están divinos. No merecen otro calificativo.
Os dejo un toquecito de glamour por ahí abajo. Para que a partir de ahora todos sepamos que podemos hacerlo. ¿Que no vamos a ser capaces? ¡Si lo hacen hasta las pulgas refinadas!
Maybe even you and I might do it
Let's do it, let's fall in love
Let's do it - Alanis Morissette
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3 comentarios:
que suenan como susurros sibiliantes en las sedosas siluetas del sin sentido
:)
No lo conozco... y no me gustan todos los musicales, reconozco que no tengo buen criterio con ellos y solo caigo a los pies de los mejores, de los verdaderamente clásicos, de los que es practicamente imposible negar su genialidad. Y este que recomiendas parece de esos, me lo apunto y a ver si el santo emule hace su trabajo ;)
Me gusta es época, el lujo y el glamour (sólo para algunos) de aquellos años.
Los musicales han de ser muy buenos para que no le encuentre pegas.
De Lovely? Ya te contaré.
Besos de seda y orquideas, dorian.
Mamen
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