10 mayo 2006

All is done


Existe un momento dulce, al abandonar una empresa, en el que todos los compañeros sienten la necesidad de expresarte su más desmesurada admiración. Te recuerdan las ocasiones en las que les echaste una mano, los chistes en las situaciones de tensión, las cervezas de madrugada, tu increíble capacidad para resolver cualquier problema...

Es que casi eres como el hijo pródigo, aquel que nunca tuve... Aquí serías un figura, sin duda alguna. Podrías llevar la empresa tú solo en poco tiempo, te lo digo yo... ¿Qué haremos ahora sin ti? Nos aburriremos como ostras... Nos llamarás, ¿verdad? ¿Vendrás a vernos?... Aquí tienes un amigo. Para lo que quieras. ¿Tienes mi móvil, no?... ¡Enhorabuena! Sabía que estabas predestinado para algo grande. Esto se te quedaba muy pequeño.

Incluso alguna que otra compañera libera su formal convencionalismo para tratarte con una cercanía que asustaría al más pintado tan sólo dos días antes.

Deberíamos quedar algún día a la salida del trabajo para celebrarlo... ¿Puedes venir a mi mesa a explicarme esto?... ¿Si te pongo morritos así te quedarás?... El viernes nos vamos de cena. ¡Ya está decidido!

Y uno se deja llevar por ese ambiente de optimismo exagerado. Sus sentimientos crecen descontrolados. Siente que deja atrás a personas a las que realmente apreciaba. Se pregunta si no debió hacerle más caso a su adorable secretaria. Si todavía está a tiempo de hacérselo.

Tengo que explicarte el proceso de atención de esta cuenta. Es complicado porque interviene mucha gente. Así que es mejor que nos reunamos para dejarlo por escrito... ¿Sabes pedir un precio especial? Tranquila, yo me acerco y lo vemos en tu ordenador... Hay que hacer el inventario de pedidos a HP. No quiero que luego te encuentres un caos y tengas que trabajar el doble... Ven por mi despacho y te explico la forma de elaborar propuestas... ¿Estás ocupada? Vale, pues ven cuando puedas. ¡Tú mandas!

Pero, después, todo eso pasa. Se olvida. Y comienzan a surgir los comentarios despiadados que califican alguna gestión que dejaste a medias, las críticas sobre tu forma de actuar, las bromas acerca de tus costumbres, los cotilleos sobre tu vida sexual...

¡Qué cabrón! El tío no apuntaba el margen en los pedidos. ¡Ahora tendré que calcularlos a mano!... ¿Recuerdas aquel día que no vino a trabajar? Pues estaba borracho. Se lió de juerga un jueves y encontró el móvil debajo del felpudo del baño... De vez en cuando se escapaba a echar un cafecito al bar de enfrente. Y un cigarrito. Sabías que fumaba, ¿no?... Nunca me creí eso de que no había estado con nadie en dos años. Alguna canita al aire que otra echaría, ¡seguro!

Es el ciclo habitual. Tan antiguo como predecible. Al menos, ya me queda menos.

20 comentarios:

Lydia dijo...

Yo soy de las que si pienso en los momentos dulces antes de una despedida, por un momento, salgo rauda a pensar en los malos, y en ellos me quedo más tiempo. Luego no me quedan penas. Tampoco he vuelto a tener contacto con ellos.
En tu caso quizás sea distinto y te lleves amigos de ahí. En ese caso me callo, no tengo experiencia. :)

susej dijo...

Quince días ¿no?
Bueno, es un camino nuevo, con todo lo que conlleva...

el santo job dijo...

Crueldad. La de todos, claro, la tuya al irte (les dejas huérfanos, parece) y la de los criticones de turno.

Recomendación? El Club de la Lucha. Edward Norton y la mejor pelea de la historia. Consigo mismo.

Total, por quince dias no merece la pena. No?

el santo job dijo...
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el santo job dijo...
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Anónimo dijo...

Vaya... pero con la secretaria seguirás en contacto, no? Yo que ya le había cogido cariño...

Anónimo dijo...

Sip, el ciclo de la vida. Detesto la segunda parte de él, aunque sé que es inevitable. Que poco duran las buenas intenciones y que prolijas las críticas con saña.

Unknown dijo...

....esos finales parecen cortados todos por el mismo molde.... a mi me gusta ese del jefe que te dice "justo ahora que ibamos a subirte el sueldo...." ....en fins....

ORACLE dijo...

así estamos en todos los ambitos.
hasta que en nustro funeral todo son flores y recuerdos inborrables.

elmasmalo dijo...

¿A tal nivel de confianza has llegado en tan poco tiempo que has estado en esta empresa? Joder, la sociabilidad de la gente me espeluzna...

Miada dijo...

Tienes razón, en un principio se alegran pero después se asustan de tu posible éxito y no lo resisten, prefieren odiarte que admirarte... La envidia puede hacer extragos...

Un beso.

Anónimo dijo...

Todos los cambios son extraños, cargados de sentimientos ambiguos y sonrisas banales.
Llegaras al nuevo trabajo con la misma sensación. Las costumbres también llegaran.
Adelante dorian.
Mamen

Anónimo dijo...

Eso es así.

De hecho, al final, yo, que estoy también en una fase de cambio, he reducido mi despedida a 2 personas.

y dígame, ¿es verdad lo del móvil y el felpudo?

Prich dijo...

Dale a la secre una buena despedida, y así te llevas un buen recuerdo de la empresa :-)

Lydia dijo...

jajaj que mono el nija, no lo había visto :D

Para, creo que voy a vomitar dijo...

Mejor que sea dulce que no amargo, no?

Cómo llevas la herida?

Nadia dijo...

Bueno al último que se fue de donde trabajo no le bailé el agua sino que directamente le dije que era un capullo vago y que lo que debíamos celebrar es que se marchaba.

Aunque luego acabamos muy borrachos y descubrí que de copas era una caña. No se puede ser perfecto.

Wanda◦○ dijo...

No creo mucho en las "amistades laborales" así que espero que se te pasen pronto los 15 días y empieces de nuevo en tu nueva vida. Con tantos cambios yo de ti me apuntaría en la nevera 2 cosas :
- donde dejaste aparcado el coche la noche anterior.
- donde coño tienes que ir a currar.

=0)

Pow dijo...

Misstyka, no hurges en la herida que lo llevo fatal. ¿Seré capaz de vivir sin secretaria? Que uno se acostumbra a lo bueno en seguida :(

Nostak, verídico. Una de las mejores actuaciones de mi secretaria. El momento en el que me di cuenta de todo lo que la adoraba ;-)

Para, la herida va bien. Llevo un par de semanas enfriado y en el dique seco. Así que la rodilla ha tenido tiempo de recuperarse.

Wanda, he dicho que ahora iba a ser mayor, ¡jo! ¿A que me chivo a mamá y te tira de las orejas? :-P

isterica dijo...

Joer tío me das un poco de miedo. Lo normal es pensar que los demás hablarán de ti, lo que sueles pensar tú de los demás (cree el ladrón que todos son de su condición). Así que te dedicas a criticar a la gente ¿eeeehhh?