Hoy he tenido una de las peores pesadillas mentales que recuerdo. Unas cuantas catástrofes sociales, físicas y tecnológicas que no merece la pena relatar me han ayudado a perder el control de mi estabilidad emocional.
A media tarde deseaba escapar de mi conciencia con tanta urgencia que he decidido nadar un buen rato para amortiguar la afilación del desánimo que me arañaba por dentro. Cuando ya estaba preparado para salir he consultado la disponibilidad de la piscina. Ni siquiera me ha sorprendido que los domingos cerrasen antes de hora y mi posibilidad de desahogo se viera frustrada. En días como éste el hecho era casi predecible.
Me he vuelto a cambiar, me he puesto ropa de calle y me he ido a la iglesia. Durante la misa estaba tan confundido que apenas podía hilar algún pensamiento con hechura de sentido. Seguía abotonado el armazón de mi fluidez. El capellán me ha pedido que pasase la cesta de la colecta, acción que aborrezco con todas mis fuerzas. Una señal más de que la jornada me estaba azuzando sin piedad.
A la salida he pensado que quizá una buena sesión de cine consiguiese distraer mi atención del torbellino de estupideces que manaba sin compasión hacia ninguna parte. He comprobado que la película que quería ver había comenzado quince minutos antes y que no había sesión más tarde.
He comenzado a reír.
Me he mirado, he revisado mis miserias y he descubierto que era idiota. Risa. Me he dado risa. El nudo ha comenzado a ceder. La cabeza ha vuelto a reconocer su organización habitual. Y el día va a terminar con la restauración de la calma.
Tengo muy mala memoria. Me cuesta recordar lo fácil que es vivir. Y no conozco a nadie que sea capaz de recordármelo de la manera adecuada. Hoy dormiré con un suspiro de alivio en mi cerebro. Aunque a media tarde nadie hubiese apostado un céntimo por mí.
*Gracias por contarme el secreto ;-)
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17 comentarios:
A veces es por saturación que uno descubre que las cosas no pueden ser tan complicadas.
Si no lo olvidásemos después con tanta facilidad...
....de no olvidarlo, en un par de días como estos la vida se haría insoportable.... menos mal que era fin de semana, porque en un día de diario, quizás hubiera sido peor....
Aunque nada haya salido, si se han superado las catástrofes, habrá merecido la pena. Un poco fuera de onda, nada más, si llega a ser lunes y la película empieza más tarde todo habría cambiado. ¿Serías acaso más feliz? No, pero se notaría menos. Es cuestión de ir más al fondo de todo.
Esa risa terapeútica... :-)
Al irte tan mal el día, al final el humor ha dado la vuelta completa...
a veces eres muy duro contigo mismo... esos días los tenemos todos, ¿ves? solo hay que sonreir, sólo pasamos por aquí una vez... no hay segundas oportunidades ¿vale?
La risa lo cura todo y hay veces que nos cegamos con tonterias. No podias nadar? Pues va a correr un ratito. Que el capellan te hace pasar el cesto? Bueno... supongo que de alguna manera te sera recompensado.
Que llegas tarde al cine? Argggh!! Eso si es una putada!!! ;)
Que todas las desgracias sean como las que tú has narrado.
Esa risa la reconozco, la última vez cuando perdí en el mismo día y en sitios distintos la tarjeta de crédito, el carné de identidad y los cheques de comida.
Me reí, sí, pero de comer ni hablamos.
No sé porque pero lo de la misa hasta podría ser cierto. Si estabas en ese estado tan lamentable quizás en la desesperación te dió por pensar que espiritualmente estarías más tranquilo en una iglesia, como eres tan rarito ......
Sin sentido del humor hay días que uno no sobreviviría.
...te recuperarás una vez tras otra si eres capaz de reírte (una vez tras otra) de tus propias miserias... acuérdate, no todo el mundo puede...
no no no muy mal, tendríamos que haber conseguido que se quedara con 13 comentarios este artículo!
Bueno, a no ser que stand by sea el propio dueño del blog en cuestión.
Buen punto isterica :D
Punto positivo para Wanda, punto negativo para Isterica. Los demás en su punto...
A mi abuela le pasa lo mismo, lo de la mala memoria, digo, y la queremos todos un montón.
¡Quejica!
Yo te voy a contar otros dos secretos. Uno: también soy idiota. Dos: no soy creyente, pero me gusta entrar en las iglesias vacías y simplemente estar.
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