Mi hermana, mis sobrinos y el contenido de su congelador acaban de desembarcar en mi casa. Ella me conoce, sabe que no me gusta la comida congelada. Cuando se le ha estropeado la nevera lo ha tenido claro.
Así que ahora la comida maciza se almacena en mi casa. Espero que no se acostumbre. Mi congelador sólo sirve para guardar cubitos.
Ha sido una visita agradable, aunque demasiado corta. No nos solemos ver entre semana. Cuando han entrado por la puerta me he dado cuenta de que los echo de menos. Los echo de menos entre semana. Y la solución es fácil. Pero los seguiré echando de menos. Así soy. O así somos.
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10 comentarios:
Así somos, mi querido caligynéfobo...
(¿Soy la primera? ¡No puedo creerlo! :P)
Es cierto, así somos, pero no deberíamos ser así. Así que la semana que viene me dejas un comentario donde diga que has ido a ver a tu hermana.
Por que yo soy hermana y eso me haría mucha ilusión.
Así somos.
Y como dice saravá, tienes fácil solución que esta ciudad es pequeña.
Ahora resulta que también tienes instinto paternal? Mira que no te imaginaba jugando con niños... No a un tío duro como tú... :P
...qué complicado que es el ser humano... o que contradictorio, quizás... pero esa forma de echar de menos es la mejor, seguro...
Mejor echarlos de menos que echarlos de más :)
Si te vence la morriña sencillo es cruzar la calle.
Espérate a que tus sobrinos sean mayores y se acomoden en tu casa todos los fines de semana..pq aunque el tito Dorian no les da de comer les deja llegar tarde a casa.... jaajajaj de hecho te mangaran las botellas de alcohol que seguro que son muchas dado que en tu congelador solo tienes hielos... :o)))
Eres incorregible, Dorian, que me he enterado que los echas tanto de menos que has llenado tu congelador de lasagnas y merluza del capitán Frudesa, el único al que no teme Bono.
....simplemente una dualidad Grey/Pow.... deberias hacertela mirar.... ;)
Ey, mi polo opuesto! En mi congelador se acumulan los arroces tres delicias, croquetas y Saltos varios, y en cambio tiene un poco más de un anyo y creo que sigo sin haber comprado la cubitera, argh.
Un día de estos prometo acordarme.
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