15 noviembre 2005

Universo desconocido

Cuando entras por la puerta te recibe la sedante sonrisa de una elfa. Casi siempre viene acompañada por un perezoso pliegue de pestañas que emana dulzura sutil. A su izquierda hay una mirada fija en la pantalla. Un joven de pelo rizado con gafas que siempre se toma un par segundos para mirarte cuando le hablas. Parece que sentirse más a gusto entre los coloreados píxeles que en la gris realidad.

Al entrar al despacho me rodea la versión con halitosis de un disléxico con diarrea verbal y una rubia mamá repartidora de empalagosos corazones. En mi mesa apenas se distingue la superficie. Todo está ocupado por las inútiles tarjetas naranjas propiedad de mi antecesor. Yo apenas ocupo el reducido espacio de mi portátil, en el que van acomodándose sin prisa las letras que adornan las anacrónicas tarjetas.

Si te adentras por el pasillo llegas a la sala de Sistemas. Una desordenada habitación en la que se supone que debería haber seis personas trabajando. Nunca he visto a nadie allí. Algunos me han confirmado su existencia. El día que descubra a alguien ahí dentro, sentado ceñudo delante del monitor, quizá decida ignorar su presencia. Por simple acomodo en la rutina.

La sala de Consultoría es un espacio ahumado y plagado de risas. Las sosegadas charlas acerca de la organización estratégica de la empresa futura cruzan sin pausa de una esquina a la otra. De vez en cuando alguien mira a la pantalla, pero en seguida vuelve a enfrascarse en una conversación volátil que ha nacido espontánea en algún sitio no muy lejano.

Al fondo está la sala de Desarrollo. No es distinta a las demás salas de Desarrollo que haya conocido. Todos están nerviosos. Corren de un lado a otro sin hacer nada. Observando cascadas de caracteres interminables. Aprovechan el corto tiempo de desplazamiento para emitir una triste queja. Dicen que nunca tienen tiempo para hacer nada como debería hacerse. Algunos de ellos permanecen callados. Enfrascados en su pantalla sin moverse. Esperando a que suceda algún milagro improbable. He aprendido que la mejor táctica es no dirigirle la palabra a ninguno de los habitantes de esta sala. No acostumbran a tener el tiempo suficiente para poder escuchar.

Hay dos despachos más. En uno está, a tiempo imprevisible, una Madonna encarnada en un tipo enorme con barba. A menudo es complicado discernir si habla con el que está al otro lado del micrófono o con el que está delante de él. En el otro despacho habita Platón. Con su filosófica chaqueta verde de cruzados botones de madera acostumbra a realizar sinuosas charlas peripatéticas acerca de la necesidad de reconducir la tautología del análisis hacia ofertas dimensionadas en términos ergonómicos. Es divertido acompañarle en sus paseos.

Este es mi nuevo mundo. Yo, a pesar de que a la mayoría sólo le saco un par de años, actúo como el serio adulto que pregunta fantásticas incongruencias con mimbres de sabias sentencias.

14 comentarios:

Nadia dijo...

Desde luego no pareces aburrirte :o)

Raist dijo...

Desde luego hay que echarle ganas para tener esa visión del lugar de trabajo.

Blackwidow dijo...

A veces no viene mal ver otros mundos.

elmasmalo dijo...

Pero que bonito... No sé cuanto te durará esa visión, xDDD

isterica dijo...

Bueno, creo que no me gustaría nada trabajar en tu empresa, la verdad.

Isthar dijo...

Allí es donde trabaja el señor de traje y corbata que juega a ser mayor entre sus congéneres, pero que en el fondo está deseando llegar a casa, ponerse cómodo, olvidarse de que existe ese mundo, y ponerse a trepar por un sueño o dejarse inundar por la corriente de un detalle o de la imaginación...

Y es por eso que puede pararse a observar ese mundo y verlo a veces como algo ajeno...

Darko dijo...

Parece trabajas dentro de un videojuego... dentro de "Doom". Es apocalíptico, tétrico, terrorífico...

Saludos.

Miss Kubelik dijo...

¿y en qué galaxia queda? Qué miedo pensar que acabaré en algo parecido, glups...

CHEMA RQ dijo...

Manda huevos.....

JM

Prich dijo...

Cuando hables pestes del trabajo, te remitiré a este post. je, je.

Buttercup dijo...

Una elfa, Madonna, Platón... y luego decís que yo me drogo...

Isthar dijo...

¡¡Tres puntos para Buttercup!! XDDDDDDD

HELEN -Mamá In Design- dijo...

¿ese es tu nuevo mundo?

Pues prometeme que algún dia me llevarás.

Besitos.

P.D: he vuelto a caer en mi adicción... pasate por mi blog.

Pow dijo...

La ironía es una forma de tristeza, Prich...