23 septiembre 2005

Reírse

Anoche me costó conciliar el sueño. Hoy me he despertado desvelado a las seis de la mañana. Ayer participé en un atasco de más de una hora para salir de Barcelona. Después, en la autopista, mi pie derecho se iba acercando al suelo del coche conforme el tráfico se hacía más fluido. Aunque no había nadie esperándome en casa. No tenía hora de llegada establecida por necesidad alguna.

Hace cuatro meses comencé mi blog. Me gusta escribir, es el hecho intelectual que más me realiza. El motivo fue así de sencillo. Sin embargo, la blogosfera ofrece otras posibilidades que he ido descubriendo con avidez. Y son estas características complementarias las que provocan mi adicción.

El trabajo con personas que viven cinco horas después acaba por estirar la jornada laboral para acomodar el esfuerzo de tdos. Suelo terminar tarde trabajar, aunque el día siguiente sea festivo. Antes de marcharme leí un correo de pie, mientras apagaba el ordenador. Me sentí turbado por esas palabras. Coloqué la turbación entre una tristeza y una impotencia que pululaban hacía horas por mi mente. Tres sentimientos generados por el mismo medio pero provenientes de fuentes distintas. Una razón para llegar pronto a casa y buscar una vía de conciliación.

A lo largo del camino había elaborado los tres correos que enviaría cuando llegase a casa. Necesitaba expulsar esas palabras de mi interior para poder descansar a pierna suelta.

Encendí el ordenador. La conexión a internet no funcionaba. Llamé a mi proveedor. Me informó de que otra compañía había solicitado un cambio de bucle. Ellos había suspendido el servicio. Llamé a la otra compañía, aquella que me había denegado el cambio de conexión meses atrás alegando motivos técnicos. Me informaron de que no podían atenderme en ese horario, que debía llamar a partir de las nueve de la mañana.

Creo que en ese momento explotó alguna de las venas de mi cabeza. La rabieta infantil invadió cada uno de mis resquicios. Me costó asumir que tendría que guardar todas esas palabras para mí. Traté de paliar el dolor de cabeza, la ansiedad, las ganas de compadecerme y el iracundo resentimiento contra el destino. Fue un auténtico fracaso, ya lo habéis leido en las primeras frases.

No sé cuanto tiempo tardarán en volver a conectar mi ordenador a la red, este tipo de peleas entre compañías nunca tienen una solución fácil y siempre es una solución lenta. En todo caso, lo que me sucedió, me ha hecho comprender que debo aprender a reírme más de mí mismo. Que nada de lo que me preocupa es tan esencial como para no poder aplazarlo unas cuantas horas.

Os echaré de mens los fines de semana. Me echaré de menos a mí.

He mantenido una apacible calma mientras conferenciaba a tres bandas con todos los operadores implicados. Les he explicado el problema sin aspavientos, dedicando a cada uno la atención precisa. Me han informado de que no podré volver a tener conexión hasta dentro de un par de semanas y me han tratado con amable diligencia. Me siento tranquilo.

Esta terapia de reírse de uno mismo funciona a las mil maravillas :-)

9 comentarios:

susej dijo...

Siempre funciona, te lo aseguro, en los momentos más oscuros, lo que hago es no tomarme en serio y reírme.
Sobre las compañías operadoras....bueno, soltaría unas cuantas frases, pero entonces la mitad de los filtros petarían y no podría volver a leerte más desde el curro...sí ya sé, tampoco debería.
Escribir es una buena terapia, al igual que leer, ayuda a comprender lo que nos rodea al tiempo que nosotros mismos, porque en cada partícula del universo que nos rodea hay un reflejo de nosotros mismos, y nosotros somos un reflejo de los demás.
Y sí, se te echará de menos el leerte.
Y ten cuidado con correr demasiado.

elmasmalo dijo...

Así podrás reposar las ideas el finde y que el lunes fluyen de manera que las entienda más gente. Todos te responderemos más porque te esperaremos ansiosos... Y yo no sufiré el estres los lunes de tener que leer lo que has escrito el finde...

Raist dijo...

Si quieres escribir está bien el NOTEPAD.EXE... ;-)

Me alegro por el motivo real del post.

Wanda◦○ dijo...

En serio que vas a estar tanto tiempo sin escribir ??? No nos dejes así hombreeeeee, dame el telefono del técnico que lo llamo y me lo como con patatas si hace falta !!!!!

Anónimo dijo...

Reirse de uno mismo y calmarse está bien, pero... INTERNET ES INTERNET!!! Besets.

Prich dijo...

riete hombre, que estás más guapo.

Bito dijo...

También soy de esos que se agarran rabietas infantiles cuando algo que deseaba mucho no sale. Si bien es rídiculo, estúpido y no sirve para nada, también he de admitir que es inevitable, y que en según que situaciones imposible controlarse. Y el caso que tu has contado, necesitar escribir, decir y no poder es, por lo menos, para haber tirado el ordenador por la ventana e incendiar, una a una, todas las compañias internaúticas del mundo.

Pues eso.

Isthar dijo...

Tendrías que verme a mi llorando porque después de estar más de media hora escribiendo un correo, al enviar se me borra... eso son rabietas y lo demás tonterías :P

Está genial aprender a reírse de uno mismo y de las circunstacias que nos rodean a veces, y que en ocasiones, parecen salidas de un mal comic ;)


PD. Con el tiempo aprendí que los correo largos mejor los escribo en word :P

dijo...

Ay amigo... Vaya palo. Reir es lo mejor... Si se puede.