28 septiembre 2005

La princesa prometida. Cinco años después.

Waverly, una chiquilla risueña de ojos miel y rizos dorados, correteaba ladera abajo persiguiendo a una mariposa errática con sonrisa traviesa. Westley, con algunos quilos más de los que recordáis, cortaba gruesos troncos con certeros hachazos, limpiándose a cada rato el sudor con la manga. Buttercup, que seguía siendo la mujer más bella de la historia en noventa y cinco años, los observaba sentada en el jardín mientras zurcía casacas negras de pirata.

Habían pasado cinco años confinados en aquel recóndito lugar de Florin. Iñigo había fundado su propia escuela de esgrima para instruir a los espadachines noveles en su magistral variante del movimiento Thibault y se había trasladado a España. Fezzik consiguió un puesto como guardaespaldas de un comerciante oriental (tened en cuenta que el comercio de seda oriental y el fustán de Cremona estaban en su máximo apogeo en aquella época, por lo que el puesto de Fezzik era uno de los más apreciados en el gremio de brutos a sueldo). Los cuatro corceles blancos seguían en el establo, haciendo compañía a Caballo.

Westley echaba de menos a sus dos camaradas a menudo, porque ya casi nunca se reunían y, cuando lo hacían, terminaban tan borrachos que nunca recordaban lo que se habían contado. Las ganancias obtenidas mediante la piratería les permitían llevar una vida cómoda pero no alcanzaban para los grandes lujos que Buttercup había disfrutado en el palacio de Humperdinck. Caballo había sido la única diversión para Buttercup en aquellos años, pero ahora que había envejecido ya no lo cabalgaba tan a menudo. Westley había vuelto a ser aquel muchacho encargado de las tareas de la casa, pero sus sonrisas acompañadas de susurrantes como desees habían perdido parte del encanto del pasado. Languidecían en una rutina sin fantasía, atrapados en un lugar perdido de Florin, donde ni el tiempo ni las personas perturbaban la tenaz monotonía.

-Westley, cariño, podrías bajar al pueblo a comprar algo de trigo. Si no, no podré preparar la comida de la niña -gritó Buttercup levantando la cabeza.
-Buttercup, cielo, ¿por qué no bajas tú y así sacas a pasear a Caballo? Aún tengo muchos troncos que cortar. Y de paso, te podrías llevar a Waverly y podría terminar antes -respondió Westley sin mirarla.

(Dieciséis a trece, y eso que todavía no habían desayunado)

Buttercup lo miró desilusionada pues esperaba un como desees por respuesta. Se acercó al establo, ensilló a Caballo y partió sin abrir la boca hacia el pueblo. Olvidándose intencionadamente de Waverly.

(Eso dejaba la pelea un igualadísimo dieciséis a catorce, las espadas estaban en todo lo alto)

Cuando Westley terminó con el último tronco sentía cada uno de sus tendones tan rígidos como espadas de Yuste. Recogió el hacha en el cobertizo y apiló la leña sobrante. Waverly venía corriendo hacia él, con regueros de lágrimas en sus mejillas, aullando de manera estridente.

-¡Papá, papá, la piedra me ha atacado! -chilló entre sollozos.
-Ven, aquí, enanita. Que papá te curará la herida -musitó Westley maldiciendo mentalmente a Buttercup.

La llevó dentro de la casa, le lavó la herida y la vendó con un aparatoso lazo. Waverly había dejado de llorar, pero se abrazaba a Westley con la carita apoyada en su pecho. Westley se dejó descansar en la paz de ese instante. Esperando que nunca terminase aquella caricia. Miraba por la ventana los frondosos árboles que rodeaban la casa, escudriñó la nieve de las lejanas montañas, se detuvo en los ensortijados detalles de las plantas trepadoras que escalaban la fachada del cobertizo...

Cuando Buttercup volvió del pueblo, Waverly se había dormido. Y Westley la esperaba sentado en las escaleras del porche, mirándola con una sonrisa en los ojos. Al desmontar de Caballo, Westley la cogió en brazos y la llevó al cobertizo. Allí la tendió sobre la paja limpia, se recostó a su lado mirándola con tierna fijeza, le susurró bajito al oído un delicioso como desees y la besó con una pasión que alcanzó una intensidad nunca antes registrada.

Entre los especialistas en sensaciones medibles, existe una controversia generalizada para catalogar el amor verdadero. La escuela del Este defiende que no se trata de una sensación, sino que es una actitud. Los sabios asiáticos creen que el amor verdadero es sólo una ilusión inalcanzable. Mientras que la corriente de pensadores africanos postula sobre la existencia del amor. En todo caso, sea cual sea la técnica de medición aplicada, todos coinciden en identificar los cinco momentos de la Historia que alcanzaron el nivel máximo en la escala de intensidad de pasión.

Pues bien, éste los superó a todos.

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Deleitaos con la versión de Buttercup. Genuinamente inconcebible.

17 comentarios:

Prich dijo...

Es una continuación muy coherente, y tan pastelona y almibarada como el libro original.

Buttercup dijo...

Gray, como pensé, nuestra visión de la vida es divergente. Me gusta mucho tu continuación. ¿Lo dejamos en empate?
Prich, por tu comentario intuyo que o no has leídoel libro o lo tienes olvidado, ya que no hay libro más sarcático, divertido y poco pasteloso que este, sino no sería mi preferido.

elmasmalo dijo...

Bueno, definitivamente me tengo que leer el libro, que no recuerdo haberlo leído.
Me encanta la continuación, Gray, fantástica, el problema es que había leido antes a Butter ;)

Anónimo dijo...

[publico mi comentario en ambos Blogs, Butt y Gray]

Muy interesante la doble visión de la evolución que dáis los dos:
(*) Amor Pasional ---> Amor Cotidiano (Gray)
(*) Amor Pasional ---> Odio Pasional ---> Amor Pasional (Butt)

En realidad ambas historias terminan igual: Amor Verdadero.

Un psicoanalista diría que se refleja vuestra personalidad en vuestros textos.

No puedo ser imparcial (como cualquier bloguero, estoy enamorado de Butt :)

Voy a dar una valoración en la que no me mojo: mi opinión es que el final de Gray es perfecto para la película y que el final de Butt es perfecto para el libro... De hecho ¡joder! es que Butt ha mimetizado a la perfección el estilo del libro.

Pow dijo...

No, butt, no ha sido empate... La próxima vez afilaré mejor mis armas antes de retarte ;-)

Raist dijo...

Bueno... no sé... también me parece que el niño quedará con un resquemor... el amor verdadero se ennrutina y desaparece y al final te tienes que refugiar solo en momentos de pasión y lujuria... nop, tampoco me gusta este final.

Anónimo dijo...

Esta muy bien!!! :o))) Pero como dicen por arriba ....mecachis!! ¡¡Te ha faltado el sarcasmo de la película.!!

Pow dijo...

Raist, el mensaje es muy diferente al que te ha llegado. El amor verdadero existe. Pero a veces la rutina hace que no podamos disfrutarlo.
Y besar a tu mujer en el granero mientras le susurras al oído no tiene nada que ver con la lujuria... De hecho ni siquiera lo he insinuado.
Rescatar la intensidad de los sentimientos que son matizados por la rutina. Ése es el mensaje.

Anónimo dijo...

Pues que conste, Raist, que a mi sí que me ha gustado el final propuesto por Gray.

Quizás porque me ha evocado las escenas entre Connor y Heather en las Highlands en "Los Inmortales".

O quizás es porque me imagino a mi mismo dentro de unos años, panzón, sombra de otros tiempos, con mis "Buttercup" y "Waverly" particulares...

Isthar dijo...

Es una continuación deliciosa :)

A veces con el día a día se nos olvidan ciertas cosas. Y es que el amor no debe dejarse aplastar por la rutina...


A los que no se han leido el libro ¡¡¿a qué esperan?!!

Prich dijo...

A ver la peli!!!

CHEMA RQ dijo...

Muy acertada la continuación... muy currada.. me ha gustado mucho.

JM

Wanda◦○ dijo...

Supongo que cada uno a expuesto sus propios miedos y dudas sobre el amor. Al menos el miedo de como puede terminar ....
Tan personal e instranferible como estos dos escritos.

Felicidades a los dos.

susej dijo...

Hago un esfuerzo y comento para romper el número 13 al que tienes tanta manía.
Aunque no debería.......
....no sabes la envidia que te tengo.

Awake at last dijo...

Precioso (estoy medio grogui, no me pidas comentarios geniales, :-p)

Besos!

Pow dijo...

Awake, ¿medio grogui a las dos de la tarde? ¿Debería preocuparme? ¿No me estarás tomando como modelo, verdad?
:-P

piradaperdida dijo...

he llegado a tu blog a través del blog de Buttercup, y al suyo a través de otro al que llegué a través del blog de un amigo (puf qué travesía)

me ha gustado mucho más tu continuación que la de Buttercup, será que soy una cursi ^_^