Obstinada presencia llena de lacras,
gangrena punzante de mi agitada alma,
¿por qué te enlazas tenaz a mi cama?
¿Qué despiadada conciencia te manda?
Me sabes postrado
y me tienes herido.
Estoy derrotado...
Abandona ya tu perversa mirada,
desata las cuerdas
de mis laceradas llagas
y busca otra presa,
que esté más sana.
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6 comentarios:
Estaba hablando del insomnio :(
A mí me habías superado
Pues vaya con el insomnio. ¿No será la insomnia, acasa?
Casi más imsomnia, que parecía más un demonio de esos que te chupaba fuerzas que un momento de desvelo.
Siempre tan sencillo hijo !!
No me extraña que tus amigos te digan que te vas mucho por las ramas juajuajua
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