Pensaba que iba a tener miedo cuando volviese a coger la moto después de lo que pasó. No ha sido así, ha sentido pavor. Cada coche, cada esquina, cada peatón... El peligro se hacía físico a cada instante. Ha conducido con una cautela exquisita, tumbando lo imprescindible en cada curva. Se ha sentido aliviado cuando por fin ha podido bajar del endemoniado invento.
Un rato después se ha propuesto enfrentarse a su incapacidad. Se ha colocado el casco y los guantes con decisión. Ha subido a la moto y ha dado un paseo de media hora por el mismo centro de la ciudad. La inseguridad ha vuelto a atemorizarle, pero ha aguantado sin desfallecer todo el trayecto. Obligándose a sentir lo que debía sentir.
Sigue con el miedo en el cuerpo, pero se siente capaz de volver a montar.
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8 comentarios:
Me alegro mucho, ;-), aunque... ¿no será una excusa para caerte y volver a ver a Peggy Sue, verdaaad?
Besos!
Los miedos sólo se vencesn enfrentándose a ellos :)
¡¡Bien hecho!!
Enhorabuena, por volver a ir en moto y hacerlo prudentemente.
bonito post! coincido con isthar solo enfrentandose con el miedo puede uno vencerlo. Muy lindo el blog
Serás mal pensada, awake...
Si quiero ver a Peggy Sue no hace falta que sea tan enrevesado, sólo tengo que llamarla :-P
Cuando se vuelve a intentar esa actividad que te llevó al hospital y que no habías vuelto a retomar, pasa eso, primero te asaltan los recuerdos de lo más reciente, el dolor, la recuperación, pero díme que poco a poco, aun manteniendo el miedo, no empezaste a recordar porqué te gustaba....
pues eso.
El miedo ya lo perderás, espero que la prudencia no ;)
Disfruta con la moto.
¿Todo el mundo ha asumido que a partir de ahora voy a ser más prudente?
No sé, creo que ahora que ya he comprobado que 'no duele tanto' me convierta en un motorista más agresivo.
:-D
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