08 agosto 2005

El Juicio. Marieta II

Marieta no podía soportar la pérdida de Conejo. Así que hizo lo único que podía hacer: demandó a Papá.
Papá se presentó en el juzgado esposado y avergonzado. Su aspecto denotaba que se sentía culpable. La abogada demostró que había actuado con crueldad y que no había pensado en Marieta sino en sí mismo. Expuso con claridad su asesinato orquestado de manera pasional. Demostró que Papá había disfrutado torturando al pobre Conejo y que cuando se dió cuenta del estado en el que lo había dejado decidió acabar con su vida sin más miramientos.
El jurado apenas tardó en deliberar y condenaron a Papá a mantenerse lejos de Marieta. Y le prohibieron hablar con ella.
Papá sintió que un trocito de su vida se desprendía en ese momento, pero acepto llorando por dentro el veredicto.
Marieta se había vengado.

5 comentarios:

Buttercup dijo...

Cría cuervos y te sacaran los ojos...

Prich dijo...

Esta historia tiene toques Kafkianos. Tras un pequeño error, castigos tremendos.
No me quiero imaginar la historia del padre de Marieta, violador de conejos confeso, dentro del correccional. Con lo mal que lo pasan los violadores en la cárcel...

susej dijo...

Eso pensaba yo, Prich.
Da una imagen de un mundo cruel, desquiciado y de reacciones desmedidas. Muy triste.
No sé, o igual es una metáfora, y la pérdida del conejo, en verdad oculta un crimen más horrendo y entonces la sentencia no es tremenda.
Prefiero no darle demasiadas vueltas a la cabeza.

Isthar dijo...

Seguro que Marieta tenía muchas más cosas por las que vengarse...

Si no, el enseñamiento con un conejo me parece razón suficiente :P

Pow dijo...

Pues yo creo que no hay que darle más vueltas. Papá se equivocó y recibió su castigo.