13 agosto 2005

Reacciones

Cuando te explican un suceso que marcará definitivamente la vida de otra persona, como que se ha quedado sin dedo por dejarlo apoyado en el quicio de la puerta, hay dos reacciones habituales: la negación y la paranoia.

La negación se apoya en frases del estilo 'eso le pasa por ser un despistado' o 'a mi nunca me pasaría, yo no dejo apoyados mis dedos en el quicio'. Culpamos a la otra persona por instinto y nos autoconvencemos de que somos inmunes a esa desgracia.

La paraonia se sustenta en afirmaciones opuestas 'no me lo explico, era siempre tan cuidadoso' o 'a ver si me va a pasar a mi, yo nunca tengo cuidado en apoyar mis dedos donde sea'. Nuestra mente incrementa la intensidad del peligro alarmada y defendemos a la víctima sin concesiones.

Ambas reacciones son naturales, aunque no creo que alguna sea sana.

Las cosas suceden. Y les suceden a las personas. Cualquier cosa le sucede a cualquier persona en cualquier momento.

2 comentarios:

Buttercup dijo...

Muy cierto, pero no se puede vivir pensando en ello, yo elijo la negación paranoica.

Isthar dijo...

Pues sí he llegado a creer en alguna ocasión tener una especie de imán para determinado tipo de cosas... la casualidad no suele ser tan insidiosa...