27 agosto 2005

El ibiza y la secreta

Tenía 19 años. Era el rey del mundo. Acababa de sacar unas notas extraordinarias en la Selectividad y me sentía una de las cincuenta personas más inteligentes de Aragón. Además nadaba cada día y tenía un cuerpo estupendo. La vida era fenomenal. Y yo la veía desde la cumbre.

Mi hermana me invitó a conocer a su nuevo chico. Los novios de mi hermana siempre me caían fatal por decreto. No había nadie que me pareciese bien. Que si aquél es muy pijo, que el otro es muy pavo, que éste es muy amigo. En fin, que yo ya iba bien cargado de prejuicios, por si acaso. Acompañó la invitación con las llaves de su coche, para que llegase a tiempo a la fiesta después de entrenar. Así que cogí a un par de amigos y nos subimos en el coche camino al Campus.

Iba tarde. Cosa que no soporto. Esquivaba coches con mi gran experiencia de cuatro meses al volante en un coche que conducía por primera vez. Cuando estábamos a punto de llegar, un vehículo se paró en mitad de la calle. Me estaba retrasando aquel capullo. Volanteé hacia la izquierda para esquivarlo y volver a colarme entre el tráfico. Y conseguí mi objetivo acompañado por un estridente raaaaaas.

Ya llevábamos retraso, no podía parar. Metí segunda y salí de allí cagando leches mientras mis amigos me sermoneaban con cara de histeria. Yo a lo mío. Que no llego, que me dejéis en paz, que no seáis pesados. Que no habrá sido nada.

J. ¿No vas a parar?
P. No.
J. Vale.
P. ¿Qué pasa?
J. No nada.
P. ¡Coño! ¿Qué pasa? ¡No seas capullo!
J. No si no es nada. Sólo que llevamos a un coche con una luz intermitente en el techo siguiéndonos...
P. JODER!

Paré el coche encima de la acera.

J. ¿Qué le vas a decir?
P. Yo qué sé... Que no lo he visto.
J. Ya. Se lo creerá. Con la sirena y eso era difícil oírlo...

Portazo en toda la cornamenta de J.

El de la Sirena (S). ¿Qué pasa? ¿No ibas a parar o qué?
P. ¿Por qué?
S. Me has golpeado allí en el paseo.
P. ¿Ah, sí?
S. Pues sí, ¿no lo has oído?
P. Vaya, pues no. Es que íbamos con la música...
S. Pues mira. Me has destrozado el parachoques y la aleta.
P. ¡Puta mierda!
S. Bueno, pues tendremos que hacer papeles.
P. Ufs! ¿Y no te importa si no los hacemos? Es que el coche es de mi hermana...
S. Oye, chaval, que yo soy policía secreta, a mi no me la juegues.

Carterazo como en las pelis con carnet profesional en mis morros.

P. Que no, que no... Mira, aquí tienes mi carnet, el carnet de conducir, si quieres te saco los papeles del coche. Pero es que prefiero pagarte yo el bollo, que si no mi hermana me va a echar la bronca.
S. Bueno, está bien. Espera aquí que me anoto tus datos y reviso tus antecedentes.

Maravilloso. El primer golpe de mi carrera automovilística se me ocurre dárselo al Harry el Sucio. ¡Hay que joderse!

S. Vale, está todo en orden. Te llamaré para decirte como quedamos.
P. Perfecto. Lleva esto con un poco de discrección si no te importa...
S. Descuida.

Me vuelvo a subir al coche cabreado como un mono. Todos callados después del funeral. Aparco el coche y vamos para la fiesta todavía en silencio. Allí me encuentro a mi hermana con dos tipos de metro noventa, pelo largo, sin afeitar y pendiente en la oreja. A mi, al estudiante ejemplar, al defensor de las morales cristianas, al paladín del buen gusto... Pero, ¿cómo se te ocurre hermana de mis entretelas?

Le escupo que le he dado un golpe a su coche. Que no se lo diga a los papás. Y que me piro. Inspirador primer encuentro con mi cuñado. Siempre me lo recuerda el muy cabrón.

Pasan los días. Yo a lo mío. Con mi brillante carrera académica de ingeniero en ciernes a toda vela. Esto es, pasando más rato en el bar que en clase. Porque yo tenía el control total y no necesitaba esas pueriles lecciones. Claro, coño, es que era una de las cincuenta personas más inteligentes de Aragón. Y tenían que darme clase unos mediocres. ¡Hasta ahí podíamos llegar!

A comer a casita. Mamá me espera en el pasillo con cara de diarrea crónica.

M. ¿Qué has hecho?
P. ¿El qué?
M. Vamos, confiesa. ¿Has robado? ¿Te has emborrachado por ahí y has pegado a alguien? ¿Has violado a alguna chica?

Después de todo tampoco era tan grave. Tan sólo había golpeado el coche de mi hermana. Eso sí, contra el de un policía secreta, pero tampoco era para tanto.

P. Pero, ¿qué dices?
M. Que me han llamado de la Policía. De la Secreta, nada menos. Que te andan buscando. Y yo encima les he tenido que mentir y decir que no sabía dónde estabas. Venga, cuéntamelo que algo nos inventaremos....

¿Ahora os explicáis por qué tiendo a alejarme de mamá? ¿Qué no es temible?

Nota. Por cierto. Sudé la gota gorda para poder sacar la dichosa carrera. Mis aires de grandeza duraron exactamente seis meses de capulladas en secuencia.

16 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Por favor sea discreto? Jua jua jua que me muero...

Las madres siempre estamos dispuestas a arreglarlo todo...

Buttercup dijo...

"Venga, cuéntamelo que algo nos inventaremos...." grandioso, sin duda.

Anónimo dijo...

Por lo menos tu madre se enrolla... La mia me habría entregado directamente sin saber ni la causa por la que me andaban buscando!

Raist dijo...

Mítico!!! Totémico!!!

Cada uno debería hacer un libro con sus momentos para la historia. Sería de petarse.

susej dijo...

Tu madre es una santa!! :D

Ni a propósito, ni a propósito hubiera quedado mejor :D

Pow dijo...

Once años después.
J. sigue siendo mi amigo y sigue aguantando mis salidas de tono como un campeón.
Mi cuñado se ha convertido un un buen amigo, aunque en aquella ocasión lo describí como un delincuente juvenil.
Le he dado más golpes a más coches, soy un conductor torpe. Nunca he huido. Nunca le he vuelto a dar a un secreta.
Mamá sigue pensando que algún día tendrá que salvarme de las garras de algún lío tremendo en el que me habré metido.
En fin, que las cosas cambian, pero no tanto :)

Anónimo dijo...

¿qué coche conduces? es por cederte el paso si te veo :o)

Anónimo dijo...

Qué me dices ¡que es tu amigo!

Ese "J" debe ser un santo, tanto años aguantándote...

:-{P}

Pow dijo...

Un auténtico santo, tumi, lo de J habría que llevarlo al Vaticano sin tardar :-D

Wanda◦○ dijo...

Jajajajajajajajaaajajaa. Genial !! plas plas plasssssss

No sé como decirte que me pareces un tío brillante sin que se te suba mas el pollo !!! jajajajajajjaa

HELEN -Mamá In Design- dijo...

jajajajajajajaajajajajaja ¿la policia secreta te buscaba? jajajaja diosssss no lo puedo creer, al gran Pow noooooooo!!!

Ainssss y desde luego tu nota es lo mejor de lo mejor.

HELEN -Mamá In Design- dijo...

Wanda ¿sin que se le suba? ¿mas?

Hija... a mi también me ha hechizado, pero no se lo digo porque si no tenemos a pow para rato. Sssshhh

Awake at last dijo...

Porque yo tenía el control total y no necesitaba esas pueriles lecciones. Claro, coño, es que era una de las cincuenta personas más inteligentes de Aragón. Y tenían que darme clase unos mediocres. ¡Hasta ahí podíamos llegar!
Cada vez que lo leo me desternillo, te lo juro, es muuy bueno.

Isthar dijo...

No me da tiempo... aixxxxx

Me voy a ver un par de pelis a la terraza de verano, así que mañana lo leo ;)

CHEMA RQ dijo...

Increible.... es fantastico... me he reido bien a gusto.

El atrevimiento que nos da la ignorancia no tiene límites, yo recuerdo cuando volvi orgullosos a casa con mi carnet de conducir recien estrenado, y mi padre me sugirio dar una vuelta a la manzana con su coche. El iba de copiloto y mi hermano atrás, y en una jodida vuelta a una sola manzana cale el coche quince veces ... humillación total.

JM

Isthar dijo...

XDDDDDDDD

Pero a ver, lo importante ¿cómo quedaste con la secreta? ¿Qué se le había ocurrido contar a tu madre?

Vamosssss cuentaaaaaaaa :)