20 agosto 2005

Coñete


Hace unos cuantos años tenía la extravagante costumbre de actuar en lugares públicos. Mi actuación consistía en encaramarme a un lugar elevado, bajar mis pantalones y calzoncillos hasta los tobillos, recoger el pene entre las piernas y adoptar la postura de la estatua de Rolls Royce. Llamaron a aquella performance 'el coñete de Pow'.
Cuando Ex se enteró del asunto me prohibió realizar más espectáculos de ese calibre. Lo cierto es que me prohibió muchas cosas en todos esos años. En todo caso, dado que creía estar enamorado de ella, le prometí que lo dejaría el día de mi despedida de soltero.
Esa noche los asistentes no dejaban de solicitar un último pase de la función. Me sabéis pecador, así que les regalé tres últimas actuaciones. La primera la realicé en el restaurante donde cenamos, subido a mi propia silla. Después, en un bar de copas, me aupé a una barra desatendida e hice la pose de nuevo. Ante la estupefacta mirada de las decenas de personas que no asistían a mi despedida. Aunque la más recordada fue la última.
La bailarina había dado por terminado su número. Me había bajado los calzoncillos y me había dado un beso de despedida. Cuando el de seguridad me abrió las esposas, avancé como un pingüino hasta el borde del escenario y actué por última vez. Supongo que corté el rollo a los cientos de clientes que se apiñaban alrededor de la barra en busca de otro género de carne. El de seguridad me sacó a empujones del escenario y la bailarina, avergonzada, ni siquiera se atrevió a dirigirme la mirada.
Fue memorable. Y fue el último.

Nota. Me resistía a compartir esta historia... Pero esto también forma parte de lo que soy.

6 comentarios:

Nadia dijo...

Qué lástima no haberte encontrado nunca y aún más que hayas perdido ciertas costumbres.

Pow dijo...

Nadia, le he estado echando un vistazo a tu blog alter ego. Creo que somos la antítesis sexual, pero me lo quedo anotado. Para recordarme que existen otras alternativas...
Y nos hemos encontrado ahora.
Es lo que cuenta. Un placer, por cierto ;-)

Buttercup dijo...

Las historias que nos resistimos a contar son las que mejor definen cómo somos.

Awake at last dijo...

Qué envidia ser tan desinhibid@...

would dijo...

¡Joder, qué movida!

Ahora que me habría quedado más flipado si me hubieses dicho que imitabas al Cavallino Rampante de Ferrari. Por lo de los caballos y sus tamaños, ya sabes.

Isthar dijo...

Y digo yo ¿este tipo de actuaciones todavía estan en tu repertorio? XDDDDDDD

;)