04 julio 2005

Coherencia y Contumacia

Hace muchos años que Stephen me impartió una lección que nunca olvidaré. Stephen es una de esas personas que posee una inteligencia tan aguda en todos los ámbitos que le hacen sentirse a uno ridículo. Estudiar a su lado fue una de las más gratificantes experiencias que he tenido. Además de todas estas cualidades mentales era un persona espectacular, de las que es imposible no apreciar. Nuestros caminos se separaron tiempo atrás porque él estaba preparado para mucho más. Ahora Stephen está controlando satélites en algún punto de Europa mientras yo me dedico a chapucear trivialidades. Lo echo de menos porque hace años que no nos vemos, pero me alegro porque sé que es feliz con su vida.

Expresado en otras palabras, si un día me decido por la homosexualidad me gustaría tener un Stephen a mi lado.

En aquella época éramos compañeros de prácticas y yo me esforzaba inútilmente por estar a su altura. De hecho la mayoría de las ocasiones mi esfuerzo sólo alcanzaba para vislumbrar vagamente su pensamiento. En una ocasión tuvimos una discusión a mitad de un proyecto sobre la necesidad de continuar por el mismo camino o bien empezar de nuevo el trabajo. Cuando yo apelé a la coherencia para aferrarme a la continuidad, él me enfiló con su mirada perdida y me dijo algo que jamás he olvidado.

"Eso no es coherencia, es contumacia. Seguir por este camino sólo nos conduce a perpetuar el error."

En mi trabajo es habitual argumentar continuidades en los proyectos porque siempre se ha hecho así. Sin embargo, yo tengo fama de inadaptado, porque desde aquél día me niego a perpetuar errores sistemáticamente.

Y la grandeza del razonamiento es que no es algo que sólo se pueda aplicar al trabajo...
Todos deberíamos revisar la coherencia y continuidad de nuestras costumbres de vez en cuando.

10 comentarios:

Buttercup dijo...

La homosexualidad no es algo que se dedice :-)

Pow dijo...

Era sólo un recurso para poder hacer justicia a Stephen con palabras.

Anónimo dijo...

Buena reflexión ;)

Puri dijo...

Buena frase y más cierta todavía. Muchas veces nos mueve la comodidad y nos aterra pasar a la acción. Vale, confieso, a pesar de mi fama de inconformista tengo tendencia a dejarme llevar hasta que una descarga eléctrica me hace reaccionar y como dices, no me queda más remedio que decantarme por la coherencia.
(Ufs perdón por la parrafada) ;)
Un beso

Bito dijo...

Impresionado me ha dejado la frase de tu amigo Stephen, casi tanto como tu impecable narración. Supongo que él debe de ser una persona excepcional, pero creo que la belleza y el aprendizaje reside en tus ojos, y sinceramente, a mi este post me ha dicho más de ti que de él.

Nepomuk dijo...

No sé a qué te dedicarás pero algo me acaba de quedar repentinamente claro.

No eres funcionario.

Anónimo dijo...

estás más cerca de Stephen... de lo que piensas.

O eso ya lo sabías.

¿stephen hawkings, jr.?

*

susej dijo...

Ha vuelto el post perdido. :)
La verdad que una persona con una gran mente ese Stephen, y con más razón que un santo.
Y también tu, mi buen señor.
El problema es la puñetera inercia, hace falta energía, y saber cómo cuándo y dónde aplicarla, para salirse del camino.
Siempre vienen bien Stephens que lo hagan ver claro.

Pow dijo...

Carlos, me gustaría estar más cerca de Stephen en todos los sentidos...

Isthar dijo...

Todos deberíamos tener un Stephen en nuestras vidas :)

Sin duda me parece una impresionante lección, creo que voy a memorizarla en mi parte consciente para no olvidar ponerla en práctica cuando tenga ganas de aferrarme a la continuidad...