11 septiembre 2005

Post-etílico

Mis amigos dicen que no os cuento todo lo que pasa en mi vida. Que mi manía de revestir de extraños giros todo lo que escribo difumina el sentido de la historia. La falta de inspiración, ayudada por una nítida resaca, me ha obligado a mostrar lo que ha ocurrido desde el viernes hasta hoy sin artificios. Os contaré lo que ha pasado.

Todo comenzó el viernes por la noche. Una cena de empresa puede parecer aburrida para muchos. En nuestro caso nunca es así. Las espaciamos bastante porque después hay tantas anécdotas y cotilleos que nulificarían nuestra capacidad de trabajo.

Me puse lo primero que encontré en el armario: una camiseta de Buenafuente (al que odio), unos pantalones negros, las zapatillas marrones y mi indispensable bolsito cruzado. La imagen puede parecer grotesca cuando uno está acostumbrado a ver a esa persona cada día con el serio traje gris. Los nuevos no dejaban de mirarme entre asombrados y divertidos. La camisetita de marras centró toda su atención, me convertí en el blanco perfecto. A mitad de la cena, aburrido de tanta mofa, la volví del revés y me quedé con un neutro negro etiquetado toda la noche.

Después de cenar bailamos, bebimos y cerramos los bares. Nada fuera de lo habitual. Cuando ya no quedaba garito que cerrar nos fuimos a casa de una de las compañeras para rematar una docena de cervezas. La gente se fue marchando mientras M. y yo cuidábamos de nuestro nivel de alcohol en sangre. Decidimos marcharnos cuando la propietaria del piso se lanzó sobre un incauto y lo acribilló a duros besos encima el sofá.

Desayunamos en el Pinocho, en el mercado de la Boquería. M. es un fantástico gourmet, así que pidió unos callos con setas acompañados de champagne. Os lo recomiendo, una experiencia maravillosa. Después nos cruzamos a la Plaza Real y compartimos un café cortado con dos señoras inglesas que rieron divertidas ante la extraña costumbre española de invadirte en tu propia mesa y darte etílica conversación en un lenguaje que parecía inglés.

No recuerdo mucho más. Cuando me desperté ya me encontraba co-protagonizando una versión sin dibujos de Mary Poppins. Paseé cogido de la mano por el campo mientras un coro de animales alegraba la tarde, dimos de comer a los pajarillos en las escaleras de la Catedral, recogimos los juguetes chasqueando los dedos, reímos pegaditos al techo de la estancia... Y al final tuve que coger mi paraguas y partir sin mirar atrás.

Llegué a la otra ciudad de noche. Aunque no quería ir allí, ni quería hacer aquello... pero Mary Poppins siempre se deberá a los suyos. Pasé flotando por encima de la noche, disfrutando de los amigos y eludiendo emprender nuevas aventuras. Abandoné la noche de humo y copas pronto, necesitaba refugiarme un rato en mi pereza. Y entonces sucedió aquello. Un misterio que llevaba atormentando mi cabeza durante un tiempo se reveló sin que yo lo percibiera. Estaba demasiado aturdido para darme cuenta en ese momento, pero a la mañana siguiente la luz trajo el puzzle resuelto a mi mesa. Mientras castigaba mi brazo remendado en un partido de tenis he juntado todos los pedazos con precisión. Es divertido resolver misterios, aunque una vez resueltos pierdan parte de su encanto.

Acabo de llegar de comer de casa de mamá. He tenido que esquivar, como siempre, sus clásicas conversaciones acerca de lo mal que estoy en todos los sentidos. Voy a amotinarme en el sofá, pondré Mary Poppins y trataré de evadirme de mí, que ya me estoy cansando un poquito...

5 comentarios:

susej dijo...

No querías venir a esta ciudad? :(

¿Y tuviste una revelación? eso ha picado mi curiosidad supina, es curioso, pero a veces son a horas y lugares extraños donde se nos presenta la resolución de puzzles, sin comerlo ni beberlo...
e incluso sin desearlo.

Isthar dijo...

¡¡Vaya nochecita la tuya!!

Te imagino volando desde tu sofá a lo Mary Popins y no puedo evitar una sonrisa ;)


Dales a tus neuronas el día libre y recuperate.

Alvaro Bode dijo...

Vaya nochecita!! Te mereces unos días de descanso :)

Awake at last dijo...

Lo de "sin dibujos" me ha encantado, jejeje. Es como "Tú y yo" (versión de 1957), que sería perfecta si no saliesen los p**** ninios estrella del estudio chupando cámara como cabrones.

Besos!

elmasmalo dijo...

Vaya, por lo que veo por tus noches, la noche aquella del fuego de cobertura fue realmente light para ti...