23 agosto 2005

Carencia

El Doctor tenía su consulta en un céntrico piso de la ciudad. Cada día las personas acudían a la consulta sin citarse. Iban pasando por orden de llegada, aunque rara vez coincidían dos personas en la salita de espera. Los espacios entre cada visita eran aprovechados por el Doctor para revisar antiguos escritos de filosofía, sentado en su desgastado sillón de cuero, chupando despacio su pipa, dejando que el tiempo se deslizara apacible.

En aquella ocasión un hombre estaba explicando al Doctor su desesperanza. El mundo le parecía hostil, los problemas saturaban su mente, quería tirar la toalla. Necesitaba descansar de todo. El Doctor desarmó su inquietud con cuatro fáciles preguntas y la frente del paciente experimentó un súbito relax.

-Doctor, usted parece no tener problemas... ¿Cuál es el secreto? -preguntó el paciente.
-Basta con carecer también de deseos -contestó el Doctor.

7 comentarios:

Raist dijo...

La posibilidad de cumplir un sueño es lo que hace interesante la vida.

Anónimo dijo...

¿No dice algo así el budismo? Hablan de los efectos intoxicadores del deseo y de que el sufrimiento lo causa el apego, a las cosas y a las personas. Por tanto, para disminuir el sufrimiento habría que desprenderse de los apegos.

Pow dijo...

De hecho, ahora que lo dices, se parece también a la teoría hedonista: no busques el placer que no puedas hacer sostenible, porque sufrirás más la pérdida de ese placer que el placer en sí.
Si cuando digo que todo sale de la memoria colectiva...

Anónimo dijo...

"Acalla tus deseos y oirás a tu corazón"

Claro que la teoría es estupenda pero llevarla la práctica es otra cosa...

Buttercup dijo...

vivan los problemas, pues.

Anónimo dijo...

Vivan!

Escuchando Doble V, "Vicios y virtudes"
?Sé más de ceros que de nueves, aprendí algo del suspenso.?

susej dijo...

Carecer de deseos, dicen que eso es lo que buscan los budistas para alcanzar el Nirvana, no sé, pero creo que sin deseo eres menos humano....