Supongo que Reinhold Messner no se puede considerar un héroe mediático, pero fue mi ídolo durante muchos años. Entre otras hazañas, Reinhold fue el primero en coronar los catorce ochomiles, el primero en escalar el Everest sin oxígeno y el primero en cruzar a pie la Antártida (2.800 kilómetros en 92 días a 40 grados bajo cero tirando de un trineo de 100 kilos).
Hoy he tenido el privilegio de conocerlo en persona, durante una charla que ha dado esta tarde en mi ciudad. Reinhold es una leyenda viva, un hombre cabal de sesenta años que ha vivido siempre fiel a un principio fundamental: "cuando alguien me decía que una de mis ideas era imposible, más motivado me sentía para llevarla a cabo". Quizá tuviese algún antepasado aragonés este montañero tirolés.
Sin embargo, lo que más me ha llamado la atención es que durante la charla no ha incidido en sus victorias, alegando con elegancia que todos los que estábamos allí las conocíamos de sobra. Ha tenido el exquisito cuidado de detenerse en cada una de sus derrotas. En lo que los fracasos le habían enseñado.
He leído muchos de sus libros, he admirado sus conquistas y he envidiado su inacabable capacidad para simplificar los retos, para afrontarlos de una manera racional y desapasionada. Esta tarde, en hora y media de charla, he comprendido que su destreza trasgrede los límites de lo físico. Sus palabras, modestas y bien elaboradas, encierran un encanto que produce una honda sensación de aprecio.
"Nunca he creído en los fanatismos. Los fanatismos no son una buena manera de acercarse a las cosas. A ninguna cosa". Esta frase, con la que ha contestado a la insidiosa pregunta de un imberbe poco avezado, la considero tan mía como suya.
Y es que hoy, ahora, Reinhold vuelve a ser mi héroe.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
12 comentarios:
Sin desmerecer sus hazañas, Messner siempre me pareció un poco soberbio y bastante insolidario. También supongo que de otro modo algunos de sus éxitos no habrían sido tales. Puede que el tiempo haya hecho su trabajo en él o puede que la imagen que yo tenía fuera equivocada -desde luego, sesgada-. En todo caso, una suerte para ti haber podido escuchar en persona a un hombre excepcional, que no un héroe.
Tenías que haber estado aquí, Iluku. Este Messner no era el de los libros, para mí ha sido un descubrimiento sorprendente.
Si yo lo considero un héroe es porque se atrevió a pensar lo que los demás ni siquiera imaginaban. Y aún más allá, después se atrevió a hacerlo. Nuestro mundo avanza por actos como los suyos, por la gente insolidaria que se niega a adaptarse al mundo, por los que quieren adaptar el mundo a su medida (*).
un aplauso para tu héroe... y otro para ti ;-)
para mi destila coraje. y eso es mucho en los tiempos que corren
Aunque para mí la heroicidad está reservada a otro tipo de logros, no me cabe duda de que debe ser admirable.
Me alegro que disfrutaras la oportunidad de conocerle :)
Me gusta más la gente que admira honestamente que la gente admirable.
Por eso me ha gustado tu post.
Yo también admiro a ese tipo de personas.
Qué suerte poder haberlo tenido cerca...
Besos
A veces un discurso desde la humildad llega más que otro desde el "olimpo". Personalmente admiro la humildad de las personas.
Y, por cierto, gran apreciación la tuya sobre que hay gente que sólo le gusta estar enamorado. Creo que has dado en el clavo sobre mi amigo E., y eso que no lo conoces!
Un saludo.
Hay que ser una gran persona para hablar de tus errores y sus enseñanzas y no bailar en tus logros, con eso ya me tiene más que ganada para su causa. Nada conozco de este hombre pero ya me has puesto en la pista adecuada...
Un beso.
Sí, pero es fácil hacerlo cuando la vida ya te empieza a consumir, eres viejo y no podrás seguir con tus logros.
El mérito hubiera sido que fuera humilde en su plenitud de triunfos, ¿no?
Coraje, valor, fuerza. Qué lejos! Y a la Antártida.
Digno de admiración, sin duda.
Me alegro de que lo recuperes como héroe. Bonito enlace, por cierto :P
A mí también me atrae sin manera lo imposible y suelo decir: Improbable puede ser, pero imposible, imposible no hay nada...
Publicar un comentario