29 junio 2006

Lo que se quiere decir no es lo que se dice

Hace unos cuantos días que me encuentro desaparecido. Mi vida se ha transformado en una jornada laboral de ejecución continua: levantarse, trabajar, comer algo rápido cerca de la oficina, trabajar y tomarse una cervecita con los compañeros de trabajo antes de caer derrengado en la cama.

La relación que mantengo con mi madre se fundamenta en una distancia de seguridad indispensable para conservar la calidad del vínculo. Ayer por la noche hablé con ella.

-Ahora que ganas más dinero deberías contratar una asistenta. Una vez por semana, para que te ayude con la casa...
-Mamá, hace tan solo unos meses, cobraba el doble, trabajaba lo mismo y tenía dos casas, una en cada ciudad.
-No seas así. Si yo lo decía por ti. Sabes que yo no te puedo echar una mano mientras no me jubile...

En ese momento se dispararon todas las alarmas. La familiar sensación de que le importaba un carajo el tema de la asistenta, de que lo único que quería era meter las narices en mi vida, volvió a tensar los nervios hasta su límite de rotura.

-... porque sabes que plancho muy bien. Quizá podría echarte una mano los fines de semana.
- No, gracias mamá.

Hubiese añadido unas cuantas perlas escogidas de mi repertorio. Pero ayer tuvo suerte, estaba demasiado cansado.

¿Cómo es capaz de circunloquiar con tanta devoción? ¿Aún no se ha dado cuenta de que la tengo muy calada?

Y después todo son quejas sobre mi mal humor...

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay que divorciarse de los padres, de algunos padres...

Raist dijo...

¿Por qué trataremos a las madres como klinex?

Con sus virtudes y defectos nos han dado la vida, nos han sacado adelante cuando estábamos indefensos ante la vida, hemos parasiteado su tiempo, su dinero, su vida hasta que nos dio por volar del nido...

Y ahora no les hacemos ni puto caso, procuramos mantenerlas lo más alejadas posible e incluso nos enfadamos si quieren seguir ayudando...

Curioso, curioso.

Isthar dijo...

Las madres siempre dan vueltas para acabar en los mismo.

Lo que no sé es por qué nos sigue sorprendiendo....

isterica dijo...

Intenta tratar a tu madre con cariño y ya verás como te lo paga. Es maravilloso. Y además estoy segura que tienes muchos recuerdos de ella que te den ganas de abrazarla y decirle cuanto la quieres. Y he decirte una cosa, nadie, pero nadie ¿eh? te va a querer más que tu madre. Venga! No te quejes como un adolescente!

Anónimo dijo...

No estoy de acuerdo contigo Raist, esa es la obligación de los padres, sacarnos adelante lo mejor que puedan, nosotros no les debemos nada.

Otra cosa es que les queramos, les veamos/visitemos, y les tratemos como a reyes, pero no porque hayan hecho lo que han hecho, porque eso es lo que se supone que deben hacer.

Hay padres (no es mi caso y me alegro mucho) que tendrían que estar bien alejados de sus hijos.

Miada dijo...

Joe, vale a ti no, pero...¿y sí yo le mando un par de pantalones para planchar?...;)

Un beso.

Darkblue7 dijo...

Las madres son así..
No le des muchas vueltas. Seguro que lo hace con todo su cariño

Shh... dijo...

Es cosa de mamis...
Son así, creo que no pueden evitarlo.
Igual me toca a mí un día dar del mismo modo el coñazo! jajajajaja
Besos!

Buttercup dijo...

Yo también me pongo en el lugar de las madres!!!!

Anónimo dijo...

Lo peor de establecer distancia de seguridad con las madres es que uno está en permanente alerta para mantenerla, y se le disparan las alarmas hasta cuando no hay motivo.
Y eso debe doler.

Mayendar dijo...

Te la cambio! Dile a la tuya que me ayude a mi a planchar XD. Yo te mando un par de días a la mía, seguro qeu no te aburres XD.